Callao

(1898) 1926 Santo Toribio de Mogrovejo
Diócesis del Callao
Colegio Don Bosco
Cl. García Calderón 350
Apartado 298 – Callao 1
Colegio Don Bosco (primaria y secundaria) – Parroquia San Juan Bosco – Oratorios festivos – Capellanías

Historia

Las tratativas para la fundación de la Casa del Callao iniciaron con la primera visita a Lima que hiciera el P. Santiago Costamagna en 1890. Fue el Administrador Apostólico Mons. José Macchi quien hizo el pedido. Pero no halló respuesta alguna. En 1896, al volver a Lima como Vicario Apostólico de Méndez y Gualauqieza, y Visitador de las Casas del Pacífico, Mons. Costamagna se interesó vivamente en el asunto: “Antes de cualquier otra fundación, en este Perú, es preciso pensar en el Callao. En esta casa de Lima no hay personal, pero yo me arriesgaría a abir la casa del Callao con Don Savio a la cabeza…” escribía a Roma, el entusiasta Mons. Costamagna.

Los primeros salesianos que se instalaron en el Callao lo hicieron como encargados del Noviciado. El Director era el P. Santinelli y le acompañaban Don Guido Rocca, Don Reyneri, y otros clérigos. Ellos velaban por la formación de diez novicios que habían salido del Ecuador junto con los salesianos que expulsó el Gobierno.

Progresivamente se consolidó el proyecto de la escuela salesiana. Los Terciarios Franciscanos cedieron a los salesianos el uso de la iglesia, la propiedad de su colegio y otros terrenos anexos… esta generosidad que contó con la intercesión del Mons. Macchi devino en el inicio oficial del Colegio Don Bosco del Callao. Esto sucedió el 31 de enero de 1898, décimo aniversario de la muerte de Don Bosco.La Escuela contaba apenas a un gran salón, una huerta o jardín, habitaciones ocupadas por algunos particulares y la Iglesia que pertenecía a la Tercera Orden. No obstante, poco a poco creció el número de chicos pobres que acudían a los Hijos de Don Bosco tambié para el Oratorio Festivo, que en sus inicios encontró escollos para su consecución.

El gran caudillo de la obra en el puerto chalaco fue el P. Antonio Sani. Quien a pesar de sus débiles condiciones de salud, se entregó de lleno al apostolado entre los jóvenes, a la búsqueda de fondos para mejorar las instalaciones de la Casa y terminó conquistando los corazones de los chalacos, que empezaron a estimarlo y venerarlo como “el Apóstol del Callao”.