El diario vaticano L’Osservatore Romano (LOR) recordó al fundador de la compañía Apple e inventor del Ipod, Steve Jobs, fallecido el 5 de octubre, como un “visionario que unió la tecnología y el arte”.
En un artículo titulado “El talento de Mr. Apple”, LOR señala que Jobs – fallecido a los 56 años de edad tras varios meses de lucha contra el cáncer de páncreas- “ha sido uno de los protagonistas y símbolos de la revolución de Silicon Valley”, el lugar en Estados Unidos en donde están todas las principales empresas informáticas.
Esta revolución, dice el artículo, también fue una “revolución de costumbres, de mentalidades, de cultura. Revolución hija, pero no heredera, de los desprejuiciados ‘70s’”.
Jobs, prosigue el texto, “ha sido un visionario que ha unido la tecnología y el arte. Cierto, no era un técnico ni un emprendedor. No era un diseñador ni un matemático. Tampoco era el clásico nerd de la información ni hombre de espectáculo. ¿Pirata o pionero? Será la historia quien lo diga. Mientras tanto quedan sus geniales creaciones”.
De “embarazo no deseado” a genio
Steve Jobs nació el 24 de febrero de 1955 y fue dado en adopción por su madre biológica, Joanne Simpson, debido a que su padre se opuso a su relación con Abdulfattah John Jandali, de origen sirio y padre biológico de Steve.
Joan y Abdulfattah se casaron tras la muerte del abuelo de Steve. La pareja tuvo una hija e intentó recuperar al niño, pero legalmente fue imposible.
Jobs, criado por una pareja de clase trabajadora, fundó la empresa Apple con Steve Wozniak en 1976 en el garaje de su casa. “En solo diez años la sociedad llegó a los dos mil millones de dólares facturados”, recuerda LOR.
Apple lanzó el 24 de enero de 1984 el Macintosh 128K, el primer ordenador personal que se comercializó exitosamente, que usaba una interfaz gráfica de usuario (GUI) y un ratón (mouse) en vez de la línea de comandos.
En el año 2001 Jobs lanzó el Ipod, una herramienta “que entró en el corazón y la mente de miles de personas”. “Talento, puro talento”, agrega el texto.
Sobre el legado de Steve Jobs, el nuevo director de la revista Civiltá Cattolica y experto en nuevas tecnologías de la comunicación, el sacerdote jesuita Antonio Spadaro, señaló que su mayor contribución está “en el hecho que la tecnología, para él, es parte de la vida” ya que ésta “no es algo reservado solo a los técnicos” sino para “nuestra vida de todos los días”.
El P. Spadaro recordó que la comprensión temprana del Papa Pío XI sobre el fenómeno de la comunicación. Consideró que tanto Jobs como el Pontífice comprendieron “que la comunicación es el mayor valor que hoy tenemos a disposición y debemos hacer dar fruto. En él se unió así una gran capacidad innovadora y una gran capacidad creadora”.
“En el fondo, el mensaje más importante de Steve Jobs es: ‘Stay hungry, stay foolish’, mantente hambriento, mantente tonto; es decir, siempre ten la capacidad de ver la vida en nuevos términos”, agregó el sacerdote en alusión al histórico discurso que ofreció Jobs en la Universidad de Stanford en 2005.
Esta manera de ver las cosas, concluye el experto jesuita, tiene que ver con la capacidad de ver más allá de los límites. “Esta tensión más allá del límite y a la superación de una condición de estática, de adecuación a lo existente, es muy importante y, para nosotros, es algo que tenemos que aprender”, concluyó.