Luego de que Irlanda anunciara ayer por la noche el cierre, por razones económicas, de su embajada ante la Santa Sede, el vocero del Vaticano, P. Federico Lombardi, señaló que el hecho no afecta las relaciones diplomáticas entre ambos estados.
La declaración del P. Lombardi siguió al anuncio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irlanda, que anunció el jueves por la noche el cierre de sus embajadas en el Vaticano, Irán, así como su oficina de representación en Timor Oriental.
En su comunicado, el ministerio de Irlanda señala que “con el fin de responder a los objetivos del programa de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional y restablecer los gastos públicos a un nivel viable, el gobierno se ha visto obligado a hacer recortes en numerosos servicios públicos”.
El texto afirma también que “el gobierno estima que los intereses irlandeses ante el Vaticano pueden ser representados por un embajador no residente”.
“El cierre de la embajada en el Vaticano no tiene nada que ver con las recientes controversias”, afirmó el jefe de la diplomacia irlandesa, Eamon Gilmore, en declaraciones a la radio pública RTE, en referencia a los ataques realizados por su gobierno contra la Santa Sede acusándola de impedir la investigación de los casos de abusos sexuales en Irlanda.
Las acusasiones suscitaron una respuesta oficial del Vaticano el pasado 3 de septiembre en la que se rechazó rotundamente las afirmaciones del parlamento y del primer ministro de este país europeo, Enda Kenny. Asimismo se precisa que no existen fundamentos para las afirmaciones que realizaron las autoridades irlandesas.
En una declaración dada a conocer hoy, el P. Federico Lombardi dijo que “la Santa Sede toma acto de la decisión de Irlanda de cerrar su embajada en Roma ante la Santa Sede”.
“Naturalmente, cualquier Estado que tenga relaciones diplomáticas con la Santa Sede es libre de decidir, sobre la base de sus posibilidades e intereses, si desea contar con un embajador ante la Santa Sede, residente en Roma, o en otro país”, añadió.
“Lo que importa son las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y los Estados, y éstas no están en discusión por cuanto respecta a Irlanda”, concluyó el sacerdote.