La séptima edición del Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en Milán, Italia, entre mayo y junio de 2012, y estará organizada por la archidiócesis de Milán y el Consejo Pontificio para la Familia. Las parroquias del mundo empiezan a activarse para llegar al evento en plena forma espiritual. El encuentro promete ser una gran fiesta, tal como anuncia su lema: “La Familia: el trabajo y la fiesta”.
El Encuentro Mundial de las Familias se creó en 1994 de la mano del papa Juan Pablo II y se realiza cada tres años. Se ha celebrado en diferentes lugares. La primera edición tuvo lugar en Roma, Italia; después en Río de Janeiro, Brasil, en 1997; volvió a Roma, en 2000; en Manila, Filipinas, en 2003; en Valencia, España, en 2006, –la primera con asistencia de Benedicto XVI- y, por último, en Ciudad de México en 2009.
El VII Encuentro Mundial “La Familia: El Trabajo y la Fiesta”, en Milán del 30 de mayo al 3 de junio de 2012, propone un trinomio que parte de la familia para abrirla al mundo: el trabajo y la fiesta, son modalidades a través de las cuales la familia habita el “espacio social y vive el tiempo humano”, anunciaba Benedicto XVI en su carta de convocatoria.
“El trabajo y la fiesta están íntimamente relacionados con la vida de las familias: condicionan sus elecciones, influyen en las relaciones entre los cónyuges y entre padres e hijos, inciden en la relación de la familia con la sociedad y con la Iglesia. La Sagrada Escritura (Cf. Gn 1- 2) nos dice que familia, trabajo y día festivo son dones y bendiciones de Dios para ayudarnos a vivir una existencia plenamente humana”, añadía el papa.
“La experiencia cotidiana demuestra que el desarrollo auténtico de la persona comprende tanto la dimensión individual, familiar y comunitaria, como las actividades y las relaciones funcionales, al igual que la apertura a la esperanza y al Bien sin límites”.
“El próximo Encuentro mundial de las familias constituye una ocasión privilegiada –anunciaba el pontífice- para repensar el trabajo y la fiesta en la perspectiva de una familia unida y abierta a la vida, bien insertada en la sociedad y en la Iglesia, atenta a la calidad de las relaciones además que a la economía del núcleo familiar. El acontecimiento, para que sea realmente provechoso, no debería quedar aislado, sino colocarse dentro de un itinerario adecuado de preparación eclesial y cultural”.
El Secretariado de Pastoral Familiar y Defensa de la Vida de la diócesis de Almería, dirigido por Manuel Cuadrado, ha preparado para esta ocasión una serie de catequesis mensuales, con el fin de que, desde las distintas parroquias de la provincia, los fieles se conciencien, por un lado, de la necesidad de la Pastoral Familiar en sus respectivas comunidades; y por otro, para suministrar la información necesaria para acudir al próximo Encuentro Mundial de las Familias.
La página web del Obispado (www.diocesisalmeria.es), ofrecerá todo este material en un apartado propio del Secretariado de Pastoral Familiar y Defensa de la Vida. En esta sección se facilitarán materiales y enlaces de interés, con respecto a este evento.
En la Archidiócesis de Monterrey, México, se llevó a cabo en septiembre la sexta edición del curso anual de formación permanente de los obispos que integran la Conferencia Episcopal Mexicana. Este año participaron 85 obispos.
En ese marco, José Guillermo Gutiérrez , oficial del Consejo Pontificio para la Familia, presentó el encuentro mundial. En concreto, presentó las catequesis e invitó a los obispos a sumarse al camino de preparación que el papa exhortó a recorrer a nivel nacional, diocesano y parroquial.
Los obispos manifestaron gran interés e incluso muchos de ellos aseguraron su propia participación, junto con numerosas delegaciones de sus diócesis.
La Archidiócesis de Yucatán, por ejemplo, tiene ya un proyecto para que puedan asistir al menos unas cincuenta familias, mientras que la Archidiócesis de Monterrey, prevé que asistan doscientas familias.
De este modo, sumando las 96 circunscripciones eclesiásticas de México, seguramente a Milán asistirá una abundante representación del país azteca.
En Argentina, por ejemplo, entre otras iniciativas, el boletín semanal del Grupo Papuchos, un grupo de padres de alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Rosario, comparte con los padres las catequesis para la preparación del Encuentro Mundial de Familias. Empiezan, dicen, “a recorrer así el camino hacia Milán, con la esperanza de vivir este encuentro desde nuestra ciudad”.
El boletín, afirman, sigue creciendo: “El año próximo se celebrará el Encuentro Mundial de las Familias y más allá de que vayamos a Milán o no (el epicentro es en Italia, pero se celebra en todo el mundo) se nos ofrece una preparación especial, se nos invita a recorrer un camino de catequesis, que siempre viene bien y es una buena ocasión para refrescar lo que le enseñan a nuestros hijos en el Sagrado [colegio]. Lo dividimos en capítulos cortos y siempre que haya lugar en la hojita, lo vamos a compartir por aquí”.
Los encuentros mundiales de las familias se caracterizan por dos momentos: un congreso y un encuentro más popular. El primero, durante varios días, prevé encuentros, reuniones y congresos sobre un tema seleccionado por el santo padre. En particular se invita a los operadores pastorales a dichas citas.
El segundo momento, está más dedicado a los fieles e involucra a todas las familias de la diócesis anfitriona y del mundo. Comenzará el sábado con una vigilia de oración en presencia del santo padre, caracterizada por testimonios de vida y fe de las familias provenientes de diferentes países.
El domingo por la mañana finalizará el Encuentro con la Santa Misa que celebrará Benedicto XVI, frente a los cientos de miles de fieles de todo el mundo.