(ANS – Santo Domingo) – El Instituto de las Hijas del Divino Salvador, celebró el 5 de febrero, su vigésimo quinto aniversario de reconocimiento oficial como grupo de la familia salesiana. La celebración se realizó en la ciudad de Santo Domingo, San Vicente, en la Casa Madre donde fueron fundadas por el Obispo Salesiano Mons. Pedro Arnoldo Aparicio en 1956 recordando sus orígenes y su légame con el carisma salesiano.
Durante la eucaristía, vivida con gran entusiasmo y en espíritu de fiesta las Hijas del Divino Salvador recordaron su historia y su compromiso: “nacimos como respuesta a dos necesidades, el deseo de vida consagrada de algunas jóvenes de familias pobres, y la urgencia de la formación de maestras católicas y de catequistas en una iglesia local con pocos sacerdotes” expresó una de las religiosas.
Mons. Pedro Arnoldo Aparicio y Quintanilla, sdb, primero obispo de Aezani y luego de San Vicente presentó su proyecto a los demás obispos quienes favorecieron la iniciativa. Así en la noche de navidad de 1956, en condiciones de gran pobreza, fundó el Instituto con 5 jóvenes, llamándolas Hijas del Divino Salvador: patrono de El Salvador. Desde el 5 de febrero de 1987 el instituto, de derecho diocesano, es parte de la Familia Salesiana.
El padre Alejandro Hernández, Inspector de Centro América y Panamá, durante la homilía agradeció a las Hijas del Divino Salvador (HDS) y a Sor Jesús Amelia Alvarado, Superiora del Instituto, Recordó a todos los presentes el proyecto apostólico de las HDS quienes se dedican principalmente a la educación religiosa y la catequesis, ejercitada ante todo en sus obras características: institutos educativos, colegios, escuelas, centros de catequesis, orfanatos, talleres de promoción humana y en otras obras de asistencia y promoción social, compatibles con el espíritu del Instituto.
“La HDS realizan su misión con el estilo del sistema preventivo y se inspiran en la caridad paciente de Dios y en la benignidad de Cristo buen pastor que nos conoce, nos llama por nuestro nombre y da la vida por nosotros. En su vida y en su acción evangelizadora y educativa tiene un rol especial María, madre y educadora de Cristo y de los cristianos. Su actitud de entrega y donación gozosa, la anima a ser como ella “Auxiliadora” de la niñez y juventud” expresó el padre Hernández.
En la celebración participaron varios miembros de los otros grupos de la Familia Salesiana.