(ANS – Cotonou) – Del 8 al 10 de febrero la urna de Don Bosco se ha detenido en Cotonou. Visitando obras y parroquias ha sido la ocasión de felicidad y entusiasmo para un gran número de fieles, representando para muchos la mirada de un periodo extraordinario de animación espiritual, después de las celebraciones de los 150 años del inicio de evangelización de Benín y la visita del Papa, el pasado noviembre.
Terminada la peregrinación en Porto-Novo, en la tarde del miércoles 8 de febrero la reliquia de Don Bosco llegó a Cotonou, con una primera etapa en la catedral ciudadana. En el viaje de llegada, fue escoltada por 150 motos, los pitos y los cantos de la muchedumbre llamaron la atención de toda la población. Después, en la iglesia plena de gente, Mons. Antoine Ganyé, arzobispo, presidió la eucaristía, y después vino la veneración silenciosa de los fieles.
En la tarde la urna fue llevada a la obra salesiana en el barrio de Zogbo; la participación fue tan numerosa que los salesianos y el servicio del orden ha tenido gran fatiga para contener a la gente. Con una hora de retardo, debida a las dificultades de movimiento para hacer entrar la urna en la iglesia, inició, después, una vigilia de oración, donde fue representado el encuentro de Don Bosco con Bartolomé Garelli el 8 de diciembre de 1841.
En las primeras horas de la mañana el 9 de febrero la comunidad salesiana de Cotonou se reunió en torno a la reliquia. Fue un momento muy apreciado por todos los religiosos, para poder venerar en silencio el Fundador de la Congregación.
Las actividades después retomaron su ritmo, La urna fue llevada a la escuela profesional salesiana donde se encontraban numerosos estudiantes y alumnos de otros institutos de la ciudad. En la escuela tuvo lugar una celebración llena de colores y en son fiesta, presidida por el padre Faustino García Peña, Superior de la Visitaduría de África Occidental Francófona, quien exhortó a los jóvenes: “No jueguen con la vida y jamás sean mediocres”.
En el transcurso de la mañana la urna visitó la casa de las Hijas de María auxiliadora, la parroquia de San Juan Bosco en el barrio de Sètovi. La devoción por Don Bosco ha comprometido también a los religiosos y las religiosas de otras congregaciones y otros institutos católicos presentes en Cotonou para recibir y venerar la urna. Después, en la tarde en la parroquia de San Miguel, tuvo lugar la misa solemne presidida por el Nuncio Apostólico en Benín y Togo, Mons. Michael Blume. La larga jornada se concluyó con el retorno a la casa salesiana y una vigilia nocturna de oración que duró hasta la mañana siguiente.
La mañana del viernes, último día de la urna en Cotonou, el padre García Peña celebró la misa de despedida. En la celebración estaban presentes numerosísimos alumnos y estudiantes, acompañados por sus padres de familia y profesores. Fue grande la conmoción de los fieles y de los salesianos, que habían esperado y preparado por meses la llegada de la urna y que ahora debían dejarla continuar en peregrinación. Entre cantos, aclamaciones y oraciones, la urna fue acompañada a la frontera de Togo.