LIMA (ACI).- Las autodenominadas Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) en Perú, una conocida organización de fachada que se dedica a promover el aborto, han lanzado una campaña para promover esta práctica, manipulando el Código de Derecho Canónico que rige a la Iglesia.
La campaña de las CDD es apoyada por otros conocidos grupos abortistas como Demus, Promsex, Centro Flora Tristán, Movimiento Manuela Ramos –que en estos días estuvo en el ojo de la tormenta por haber despedido y abandonado a una trabajadora con discapacidad– y Cladem – Perú.
La campaña se titula “Y tú, ¿Condenarías a Mariana?” y busca hacer que las mujeres de varios distritos de la capital peruana con alta densidad poblacional como San Juan de Lurigancho y Comas conozcan que, supuestamente, “la doctrina católica no sanciona a las mujeres que abortan en determinadas situaciones y respeta la libertad de conciencia de las mujeres”.
El argumento usado para esta campaña es copia fiel del esgrimido, hace un par de años, por las CDD en México, fuertemente condenadas por los Obispos de ese país por su promoción del aborto. Uno de ellos, el entonces Arzobispo de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval, advirtió que la agrupación promueve “a toda costa acciones contra la vida”.
El 4 de junio de 2010 el Cardenal alertó que “unas mujeres activistas que se denominan a sí mismas Católicas por el derecho a decidir, están usando todos los medios a su alcance para difundir, dicen ellas, la doctrina de la Iglesia que permite el aborto”.
“Estas mujeres no son católicas” y que se trata más bien de una organización pagada “por organismos internacionales empeñados en promover a toda costa acciones contra la vida, sobre todo en el tercer mundo, tales como píldora, ligaciones, homosexualidad y ahora el aborto”, denunció.
El Cardenal Sandoval alertó que “el aborto intencional y directo en ningún caso es permitido por la moral cristiana“, ni siquiera cuando el embarazo es producto de una violación o cuando hay malformación en el bebé, se pone en riesgo la vida de la madre o ésta vive en pobreza extrema.
Aclaró asimismo que “nunca es lícito matar a un inocente para remediar algún otro mal”.
El Obispo de San Cristóbal de las Casas, Mons. Felipe Arizmendi, dijo también en aquella oportunidad que las CDD interpretaron tendenciosamente el canon 1323 del Código de Derecho Canónico, que “contiene una serie de atenuantes, que exoneran no del pecado, sino de la pena impuesta por la legislación eclesiástica”.
“¿Este canon exime del pecado del aborto? No“, advirtió el Obispo. “Cuando es libre y conscientemente provocado, el aborto es un acto intrínsecamente malo; es malo en sí mismo, pues es privar de la vida a un ser humano, inocente e indefenso, que no es un injusto agresor. Puede haber exención de la pena de excomunión, pero no del pecado”, explicó.
El Obispo recordó que el Código de Derecho Canónico, en su canon 1398, advierte que “quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae” (automática, sin juicio eclesiástico).
¿Quiénes son las Católicas por el Derecho a Decidir?
En enero de 2009 las CDD se constituyeron en Perú como una reinvención del grupo abortista Manuela Ramos. De esta organización salió su primera junta conformada por las feministas Eliana Cano Seminario, Kelly Cieza Guevara, Gioconda Diéguez Monzón, Eleana Rodríguez Valero y Raquel Asencios Angulo.
ACI Prensa consultó con la Comisión de Laicos de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) y no se les conoce participación en ningún tipo de asociación o movimiento laical ni pertenencia a parroquia católica alguna.
Las “Católicas por el Derecho a Decidir” o “Catholics for a free Choice” fueron fundadas en 1970 para promover el aborto. Su estrategia es confundir a los feligreses y su agenda fomenta la anticoncepción, la esterilización, el lesbianismo, la homosexualidad, el feminismo radical y las doctrinas New Age.
Aunque se presentan como un grupo de laicas católicas disidentes, las CDD han sido denunciadas por obispos y entidades pro-vida en varios países del mundo como una organización anticatólica, antivida y antifamilia.
Su primer presidente fue el ex sacerdote jesuita Joseph O’Rourke expulsado de la Compañía de Jesús en 1974. Entre 1980 y 2007 su presidenta fue la ex religiosa Frances Kissling, quien trabajó como directora de una de las primeras clínicas de aborto legal en Nueva York y es fundadora de la Federación Nacional del Aborto.
Kissling ha presentado su organización como si fuera la voz legítima de disensión entre los católicos.
Las CDD son un frente abortista que recluta a personalidades del mundo feminista anticatólico. Carecen de bases, no tienen representatividad numérica y reciben financiamiento de transnacionales abortistas y de la fundación Playboy, cuyos fondos provienen de la distribución de revistas y películas pornográficas.