(ANS – Roma) – Inicia hoy 17 de diciembre, la campaña de solidaridad promovida por la Fundación Don Bosco en el Mundo para sostener el proyecto “Niños y adolescentes felices” de la obra social salesiana “Ciudad Don Bosco” de Corumbá, Mato Grosso. Para la ocasión hemos entrevistado al director de la obra don Osvaldo Scotti, quien vino a Roma para presenciar el “Concierto de Navidad 2012”, un evento relacionado con la campaña.
¿Nos puede explicar qué es una obra social?
Es una obra en la que la prioridad es el trabajo con los niños y adolescentes en situación de riesgo, para insertarlos en la vida civil. Después, partiendo de los niños, llegamos a las familias. En Corumbá tratamos de alejar a los menores de las situaciones de peligro: la prostitución, el tráfico de drogas … que en la frontera con Bolivia son frecuentes. Con el estudio, la formación profesional, y la educación cristiana evitamos que caigan en el vicio, queremos llegar a darles una ciudadanía plena, como todos los demás.
¿Cuándo y cómo nació la obra de Corumbá?
La obra fue fundada en 1961 por el salesiano esloveno don Ernesto Saksida. El primer núcleo fue la escuela profesional, construida en un barrio pobrísimo y violento, que hoy se ha transformado y se llama “barrio Don Bosco”. Pienso que en estos 51 años de trabajo, por lo menos 25 – 30.000 jóvenes recibieron formación, educación, orientación válida para toda la vida – sin contar los que han tenido un apoyo temporal. Muchos de nuestros estudiantes permanecen durante 10 años y más, hacen toda la escuela, reciben ayuda para llegar a la universidad y luego la asistencia familiar y así se crea un vínculo muy fuerte. Hoy, algunos de ellos se han convertido en profesores universitarios!
¿En qué consiste su trabajo, específicamente?
Por Ciudad Don Bosco pasan cada día casi 3.000 menores: la escuela primaria y la media acogen alrededor de 2.000 alumnos, con cursos de mañana, tarde y noche; la escuela profesional tiene otros 500 chicos; hay además asistencia social; y el proyecto “Niños y adolescentes felices”, con cerca de 300 menores.
¿Quiénes son los destinatarios de este proyecto?
Son los niños y jóvenes que terminada la escuela volverían a casa, sin encontrar a ninguno, porque la familia no está o se ven sólo en la noche, y estarían todo el tiempo por la calle. Son los que van por la calle y terminan siendo explotados, que tienen poco para comer y así caen en las trampas de la droga y la prostitución. Por esto nosotros los hacemos permanecer también después de la escuela, comen en la obra, pasan la tarde con nosotros y vuelven a casa sólo por la noche, cuando tal vez un padre o una abuela, una figura responsable puede cuidarlos. Son los más desfavorecidos, porque aunque los otros estudiantes son pobres – dado que la zona se caracteriza por la alta emigración, y en Corumbá están sólo aquellos con menos oportunidades – al menos detrás tienen una madre, una familia que les sigue.
¿Cómo logran realizar todo esto?
Es una obra que se mantiene con las adopciones a distancia. Actualmente tiene 1000 padrinos: 750 de Italia, 250 de Eslovenia y 50 de España. Y tenemos algunos acuerdos con las autoridades locales. El estado, por ejemplo, se ocupa del mantenimiento de la escuela. Pero en este último período, la crisis económica, tanto nacional como internacional, con la valoración extraordinaria de la moneda brasileña, el real, provocan una disminución de las donaciones. O buscamos alternativas o nos veremos obligados a reducir los servicios.
¿Cuál es la esperanza que siente para sus muchachos?
Que puedan realizar sus sueños.
La Fundación Don Bosco en el Mundo, que ha lanzado la campaña de solidaridad navideña para el sostenimiento del proyecto “Niños y adolescentes felices” de Corumbá, espera contribuir a la realización de tal sueño.