(ANS – Nyaunglebin) – Grandes multitudes llenaron el Santuario Nacional de Nyaunglebin, dedicado a Nuestra Señora de Lourdes, con motivo de su 112° aniversario: 100.000 personas – cristianos y no cristianos – que del 7 al 9 de febrero han expresado su devoción a la Madre de Myanmar. A medianoche del 8 de febrero, Mons. Charles Maung Bo, SDB, celebró la Eucaristía central de aniversario.
Año tras año, este santuario demuestra que es muy atractivo para toda la población de Myanmar. En las celebraciones participaron hindúes, musulmanes y budistas, que han subrayado la capacidad de la Virgen María para ser un punto de comunión en un país que ha experimentado recientemente la violencia interreligiosa. Incluso desde el área de Kachin, destruida por la guerra, llegaron los peregrinos, alrededor de mil, quienes llegaron en busca de la paz.
A los servicios religiosos asistieron cerca de 200 sacerdotes, dos arzobispos y más de 300 religiosos. Decenas de miles de personas participaron en la misa de media noche del 8 de febrero, en la que Mons. Bo renovó su llamado por la justicia, la paz y el desarrollo humano en el país.
El Arzobispo de Yangon habló de una “oportunidad histórica” para un verdadero proceso de “reconciliación y de reconstrucción de nuestra nación”. A través de la intercesión de María, dijo el prelado, será posible “reconstruir” lo que “se había perdido”. La Virgen, añadió, “no deja jamás de atender a los enfermos, a los marginados, a los discapacitados, a los huérfanos, ni a cuantos están sin esperanza”.
Mons. Bo agregó luego: “Esta es una noche de esperanza. Un mar de humanidad hoy se recoge a los pies de Nuestra Señora. Nos reencontramos a medianoche. Esta noche está ansiosa de esperanza. Es una noche de esperanza en la que nosotros, los católicos y los demás hermanos y hermanas cristianos provenientes de diferentes partes del país se han reunido aquí para celebrar la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes”.
Luego dirigió un momento particular al tema de la educación. “Hemos servido fielmente a la nación a través de la educación – dijo el arzobispo – Hasta 1965, con la nacionalización, las escuelas católicas eran bien conocidos y bien deseadas porque dieron vida a buenos profesores, políticos, médicos, gente instruida y ministros, como U Aung Min y Daw Aung San Suu Kyi. (…) La Iglesia es conocida por su compromiso con la educación, la salud y el desarrollo humano. La Iglesia sirve a todos. Mientras nos encontramos a los pies de Nuestra Señora de la Paz, la Iglesia implora la paz verdadera, basada en la justicia”.