El Santo Padre advierte acerca de la “emergencia humanitaria” que supone el incremento de los niños que emigran solos hacia los Estados Unidos y reclama medidas urgentes para protegerlos.
En un Mensaje firmado el 11 de julio y que fue leído el lunes 14 por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad en el Coloquio México-Santa Sede sobre “movilidad humana y desarrollo”, Papa Francisco ha señalado esta situación como una gran preocupación que debe interpelar a los gobiernos y a la acción solidaria de la Iglesia del continente.
Francisco se refiriere asimismo a las amenazas que padecen los emigrantes en el mundo, e insiste en los peligros que afrontan los niños que viajan solos desde Centroamérica y México hacia los Estados Unidos. “Ésta es una categoría de emigrantes que desde Centroamérica y desde el mismo México cruzan la frontera con los Estados Unidos en condiciones extremas y persiguiendo una esperanza que la mayor parte de las veces resulta vana”, observa el Obispo de Roma y reclama la “atención de la comunidad internacional ante este desafío” pidiendo medidas a los países involucrados.
La globalización es un fenómeno que nos interpela, especialmente en una de sus principales manifestaciones como lo es la emigración. Es un fenómeno que trae consigo grandes promesas junto a múltiples desafíos. Muchas personas obligadas a la emigración sufren y, a menudo, mueren trágicamente; muchos de sus derechos son violados, son obligados a separarse de sus familias y lamentablemente continúan siendo objeto de actitudes racistas y xenófobas.
El Nuevo Herald afirma: “El número ha alcanzado niveles sin precedentes, más de 50,000 en los últimos ocho meses y continúa en rápido ascenso. El aumento es de tal magnitud que el presidente Barack Obama le ha pedido al Congreso que otorgue casi $4,000 millones para atender nuevos centros de detención, más operaciones de vigilancia aérea así como más jueces de inmigración y agentes de la Patrulla Fronteriza para responder a lo que llamó “una situación humanitaria urgente”. La mayoría de estos menores –desde bebés hasta adolescentes– vienen principalmente de tres naciones: El Salvador, Guatemala y Honduras, una pequeña nación con la tasa de homicidios más alta del mundo. La crisis se ha sentido en Estados Unidos. Miami ha sido una de las 10 ciudades a las que han sido enviados los menores para someterlos a procedimientos de inmigración, a medida que los albergues en el suroeste del país se han ido llenando”.
Papa Francisco señala con intensidad y preocupación: “Tal emergencia humanitaria reclama en primer lugar intervención urgente, que estos menores sean acogidos y protegidos. Tales medidas, sin embargo no serán suficientes, sino son acompañadas por políticas de información sobre los peligros de un viaje tal y, sobre todo, de promoción del desarrollo en sus países de origen”.
Esta situación nos señala un reto social y demográfico de envergadura que como región interamericana nos toca considerar y afrontar en las iniciativas que las Inspectorías de Estados Unidos y de México ya vienen haciendo.
Niños de las Américas: De Centroamérica al sur de la Florida
Fuente: http://www.news.va/es/news/alerta-sobre-una-categoria-de-migrantes-que-desgra