Los misioneros salesianos de la ciudad siria de Alepo han organizado tres campamentos de verano para menores y jóvenes para seguir ayudándolos, como hacen durante todo el año con el oratorio, a sobrellevar los horrores de la guerra y la violencia que se han acostumbrado a ver a su alrededor como algo normal. Abstraerse de una guerra que dura ya más de cinco año y seguir con la formación humana integral en un ambiente sano y alegre son los objetivos de estos encuentros.
Hoy, miércoles, arrancan estos tradicionales campamentos de verano, después del celebrado en junio en el Oratorio de Alepo, “con el envío de un primer grupo de menores y jóvenes, unos 180 chicos, a la casa salesiana de Kafroun, cerca de la frontera con Líbano, y que será seguido de otros dos a lo largo de este mes”, explicó el misionero salesiano Pier Jabloyan.
El joven salesiano, junto a otro y un misionero italiano, resisten y mantienen abierto el centro George y Matilde Salem, que cuenta con una iglesia, un patio y varias aulas, en una zona bajo control gubernamental en la zona centro de Alepo.
Los menores encuentrarán en Kafroun un remanso de paz y un oasis de alegría en medio de tanta violencia. Compartirán juegos con otros menores de su edad y reforzarán sus conocimientos y su espiritualidad olvidándose por unos días de la guerra y sin la angustia a poder perder la vida.
En esta ciudad duramente golpeada por la guerra, los Salesianos, ayudados por voluntarios, desarrollan actividades educativas, de catecismo y deportivas para alrededor de 750 niños y entre 50 y 60 adolescentes durante todo el año.
Fuente: Misiones Salesianas