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Beatificación de los mártires de la Rioja

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Alrededor de las 10 de la mañana, del sábado 27 de abril, se realizó la ceremonia de beatificación del obispo Enrique Angelelli, los dos religiosos Carlos Murias y Gabriel Longueville, y el laico Wenceslao Pedernera. Ellos fueron asesinados durante el primer año de dictadura que vivió el país argentino.

La justicia argentina estableció en 2014 que la muerte de Angelelli no se debió a un accidente, como decía la dictadura, sino que fue “una acción premeditada” y “llevada a cabo en el marco del terrorismo de Estado”, y por ello fueron condenados a cadena perpetua los represores Luciano Benjamín Menéndez y Luis Fernando Estrella.

Cinco años después de aquel veredicto, el Card. Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos fue el encargado de beatificar a estos cuatro mártires en representación del Papa Francisco. 

Sacrificar la vida por amor a Cristo

«Hoy la Iglesia se complace en reconocer que Enrique Ángel Angelelli, Obispo de La Rioja, Carlos de Dios Murias, franciscano conventual, Gabriel Longueville, sacerdote misionero fidei donum, y el catequista Wenceslao Pedernera, padre de familia; fueron insultados y perseguidos a causa de Jesús y de la justicia evangélica y han alcanzado una gran recompensa en el cielo», dijo el Card. Becciu en su homilía subrayando que ellos fueron testigos fieles del Evangelio manteniéndose firmes en su amor a Cristo y a su Iglesia a costa del sacrificio extremo de la vida. 

El régimen dictatorial, vigente desde hacía pocos meses en Argentina, consideraba sospechosa cualquier forma de defensa de la justicia social. En ese contexto, los cuatro Beatos desarrollaban una acción pastoral abierta a los nuevos desafíos pastorales; atenta a la promoción de los estratos más débiles, a la defensa de su dignidad y a la formación de las conciencias, en el marco de la Doctrina Social de la Iglesia.

“Todo esto, para intentar ofrecer soluciones a los múltiples problemas sociales”, añadió el purpurado señalando que los cuatro hombres fueron asesinados debido a su diligente actividad de promoción de la justicia cristiana; en medio de una época, en la que “el compromiso en favor de una justicia social y de la promoción de la dignidad de la persona humana se vio obstaculizado con todas las fuerzas de las autoridades civiles”.

Mártires: ejemplo de fidelidad al Evangelio

En cuanto al Beato Enrique Ángel Angelelli, el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos recordó que fue un pastor valiente que, “nada más llegar a La Rioja, empezó a trabajar con gran celo para socorrer a una población muy pobre y víctima de injusticias”.

Por su parte, los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville “fueron capaces de individuar y responder a los desafíos concretos de la evangelización siendo cercanos a las franjas más desfavorecidas de la población”. Mientras que Wenceslao Pedernera, catequista y miembro activo del movimiento católico rural, “se dedicó apasionadamente a una generosa actividad social alimentada por la fe. Humilde y caritativo con todos”.

 “Estos cuatro Beatos son modelos de vida cristiana. El ejemplo del Obispo enseña a los pastores de hoy a ejercer el ministerio con ardiente caridad, siendo fuertes en la fe ante las dificultades. Los dos sacerdotes exhortan a los presbíteros de hoy a ser asiduos en la oración y a hallar, en el encuentro con Jesús y en el amor por Él, la fuerza para no escatimar nunca en el ministerio sacerdotal. Finalmente el padre de familia enseña a los laicos a distinguirse por la transparencia de la fe, dejándose guiar por ella en las decisiones más importantes de la vida”, destacó el cardenal Becciu.
 
Fuente: Vatican News 

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