Como se puede leer en el sitio web de la Conferencia Episcopal Española que apoya esta acción eclesial, con su trabajo, la Fundación María Vicuña, en los 16 países en los que está presente, busca “promover el desarrollo humano especialmente para las mujeres en situaciones de vulnerabilidad socioeconómica, a través de una educación de calidad.”
“Con esto queremos responder a las dificultades que las personas y poblaciones más desfavorecidas están experimentando a nivel nacional e internacional, trabajando para mejorar sus condiciones de vida, expandiendo sus oportunidades y promoviendo su avance y cambio personal, con el fin de fomentar la transformación social de su entorno y su comunidad. Es una acción que da prioridad a las mujeres y niños jóvenes, que ven su desarrollo como personas autónomas, independientes y libres que pueden vivir con dignidad”, escribe la Fundación.
Para lograr todos estos objetivos, la Fundación cuenta con casi medio millar de voluntarios: de esta manera puede luchar por un desarrollo humano que amplíe sus capacidades, potencial y oportunidades en el campo laboral, social, personal, cultural y espiritual. “Porque el objetivo real no es darles ese pez, sino enseñarles a pescar: hacer que estas mujeres aumenten su autoestima y su confianza en sí mismas, que tomen conciencia de sus derechos y les den la variedad necesaria de opciones y posibilidades de la vida”, se lee nuevamente.
Según la Fundación, las necesidades vitales de estas mujeres deben identificarse y cubrirse, por ejemplo, las necesidades de alimentación, vestimenta, integridad física y psicológica, alojamiento. Durante esta fase, también reciben seguimiento completo y atención psico-social personalizada a su motivación, enfocándose en encontrar opciones de trabajo a través del banco de trabajo del centro. Al mismo tiempo, también reciben la capacitación necesaria y se les anima a diversificar sus oportunidades de empleo. Finalmente, la Fundación ofrece a estas mujeres un espacio de convivencia que les permite conocerse, confrontarse y crear vínculos sociales.
Fuente: Vatican News