“La Iglesia no solo tiene que levantar su voz, sino expresar el dolor y el sufrimiento que surge como clamor desde la Amazonía”, lo dijo el Cardenal Pedro Barreto, SJ, Arzobispo de Huancayo, Perú y Presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) en la rueda de prensa del segundo día de trabajos de la Primera Asamblea Eclesial de América latina y El Caribe, que tuvo lugar en la sede de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM).
El Presidente de la REPAM transmitió los clamores de la Amazonía, comenzando por denunciar las consecuencias de la pandemia en la Amazonía, sobre todo en Brasil, donde el pueblo yanomami, en el estado de Roraima, sufre aun las consecuencias del abandono, hasta el punto de ser dejados morir. El Purpurado también recordaba las palabras del Papa Francisco en Puerto Maldonado, donde calificó a los pueblos originarios como los guardianes de la naturaleza. “La vida en la Amazonía – resaltó – sigue siendo un gran desafío, que nos obliga a todos a una conversión ecológica, social, cultural, y de manera especial de la Iglesia católica y otras comunidades de fe”.
Una Iglesia que camina en red en la Amazonía
La Iglesia ha estado presente históricamente en la Amazonía, algo incentivado con la creación de la REPAM, que llevó a toda la Iglesia a caminar juntos, y la celebración del Sínodo para la Amazonía. El Sínodo para la Amazonía “mostró la importancia de los pueblos originarios para el bioma amazónico y la humanidad”, según el Presidente de la REPAM, que recordó algunos pasos dados posteriormente, como la creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA). El Purpurado mostró su esperanza de que la Asamblea Eclesial sea una caja de resonancia de todas las angustias del continente. También insistió en las consecuencias que la economía neoliberal provoca en América Latina y el Caribe, refiriéndose a las oportunidades perdidas para cambiar una realidad que no lleva a poner a la persona humana por encima de los otros principios, que es lo que hace Jesús.
Fuente: Vatican News