(ANS – Bonn) – El jueves, 5 de abril, alrededor de 80 personas del asociacionismo cristiano y civil, así como personalidades del mundo de las empresas y la formación profesional, se reunieron en la sede de la ONG “Don Bosco en el Mundo” (antes Don Bosco Jugend Dritte Welt) para tratar el tema de “La migración como oportunidad de desarrollo”.
El tema específico ha sido la migración laboral y sus efectos sobre los individuos, la sociedad y la economía. Ha iniciado el tema el discurso del dr. Alexandre Vey, consultor de la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), quien explicó que la migración laboral podría constituir una “triple victoria”: la del inmigrante cualificado que llega a un país donde pueda expresar sus cualidades; la del país anfitrión, que se beneficia de mano de obra inmigrante, y la del país de origen del trabajador, que disfruta de las entregas – “ahora más del doble de la ayuda internacional dada por los países occidentales” – subrayó el dr. Vey.
Este enfoque, sin embargo, ignora la dimensión humana de la inmigración. Las intervenciones del Dr. Haarmann, de “Misereor”, y del dr. Hagemann, de “Jusititia et Pax,” han destacado “las etapas de riesgo” que puede vivir un inmigrante, incluso cuando ha venido para un trabajo y está en posesión de las cualificaciones y habilidades especiales para ese empleo. Especialmente en los primeros días, el peligro es pasar de la “ganancia de cerebros” al “desperdicio de cerebros”, que es cuando el trabajador está subempleado, abandonado a sí mismo, aplastado por la burocracia o explotado.
Un marco de buenas prácticas en el ámbito de la inmigración fue presentado por el Centro Don Bosco en Manila, en colaboración con el departamento de la Porsche de Filipinas. Los estudiantes destacados del centro salesiano son seleccionados por el fabricante de automóviles para hacer un segundo nivel de formación en las ramas industriales de la empresa en los países vecinos. Aunque, por lo tanto, se les exige sacrificios a los trabajadores – que desde hace algunos años están llamados a vivir y trabajar fuera de casa – al final los beneficios son numerosos, ya que los trabajadores regresan a sus países de origen con mayores habilidades y encargos de trabajo de gran importancia.
Por último, don Lorenzo Leonarduzzi y Magued George del Instituto Salesiano de El Cairo, Egipto, han ofrecido un testimonio significativo de la realidad de la migración y las condiciones de trabajo: mientras que hasta hace un año había muchos estudiantes que deseaban beneficiarse de un acuerdo estipulado por los Salesianos para ir a trabajar varios meses a Italia – con el fin de ganar experiencia y adquirir un mejor salario – después de la “primavera árabe” las peticiones se han reducido drásticamente. “Para evitar que los jóvenes egipcios se vayan, la mayor esperanza la constituye la Libertad, la Democracia y el crecimiento económico”.
Al término de la conferencia se puso de manifiesto que las migraciones requieren un mayor compromiso y ofrecer nuevas soluciones a los educadores y formadores profesionales, y que las tareas básicas corresponden en cada caso a la política.