(ANS – Lokhikul) – Hace apenas un mes inició una nueva presencia misionera salesiana en Lokhikul, Bangladesh. Dependiente de la Inspectoría de Calcuta, la nueva presencia misionera surge en el distrito de Rajshahi en un país donde la tasa de mortalidad infantil es muy elevado (106 niños sobre mil no llegan a la edad de cinco años) y cerca del 67% de la población es analfabeta.
Lokhikul es una localidad en el noroeste de Bangladesh. El área no está muy desarrollada, pocas industrias, la población vive de la agricultura. Toda la zona es plana rodeada de ríos y canales; sólo las calles principales están pavimentadas. Las casas están construidas en su mayoría con techo de zinc, madera y barro. Existen tres comunidades tribales que viven cerca de Lokhikul: Oraon, Santal y Pahan.
El 5 de febrero Mons. Gervas Rozario, obispo de Rajshahi, y el padre Thomas Ellechirail, Inspector de los salesianos de Calcuta, inauguraron oficialmente la segunda presencia salesiana en Bangladesh. Presente también el padre Francis Alencherry, antes Consejero para las Misiones y actualmente director de Utrail, primera presencia salesiana en Bangladesh.
Dos salesianos misioneros están presentes en Lokhikul: el padre Emil Ekka, encargado de la presencia y el padre Pawel Kociolek, el primero de origen indiano y el segundo polaco. Los dos comparten con la población el estilo de vida pobre y sencillo; para la electricidad se sirven de baterías que son recargadas en un negocio a dos kilómetros. La pobreza de medios es suplida por cordialidad y simpatía de la gente, que acoge con cariño a los misioneros. La comunidad cristiana de Lokhikul es pequeña, la mayor de la gente continua con la tradición de las creencias locales.
“Llegan a muchos de las pequeñas aldeas a pie. – explica el padre Kociolek, misionero polaco – El pueblo más lejano está a una distancia de 60 kilómetros. Tengo necesidad de una moto, porque sin ella es verdaderamente difícil. El autobús pasa raramente y cubre una parte del trayecto, por lo tanto el resto debo hacerlo a pie”.