(ANS – Roma) – “El Papa Francisco invita a salir, sin miedo, para servir; invita a superar la auto referencialidad y a acercarnos a las periferias a servir a los sufrientes, a los no amados o a los olvidados”. Con esta referencia el P. Jorge Crisafulli, comenzó a hablar, en las “Buenas noches” del martes, de de su propia experiencia como Superior de África Occidental Anglófona (AFW).
Precisó: “En nuestro cuarto Capítulo Inspectorial, hemos decidido dar pasos concretos en esta línea: llevar la Iglesia al mercado y a Cristo en las cárceles, donde muchos jóvenes han estado esperando a Don Bosco por mucho tiempo”.
La Inspectoría, que incluye a Nigeria, Ghana, Liberia y Sierra Leona, es joven por origen (creada en el 2004) y por edad media de los Salesianos: 33 años. “En el 2004, los hermanos africanos eran 52, hoy son 122; casi el 80% de los miembros. Contamos con 16 novicios, 35 posnovicios, 18 tirocinantes y 24 estudiantes de teología y un número relativamente grande de salesianos coadjutores: por ahora son 20, la mayoría de origen africano”.
Geográficamente la Inspectoría es vasto y hermosa: bosques tropicales, playas y mar verde esmeralda, sabanas y zonas desérticas. Las cuatro naciones que lo componen son ricas en recursos naturales, por desgracia por demasiados años administradas mal, pero especialmente de recursos humanos: son 200 millones de habitantes, de los cuales 119 millones son menores de 25 años; terreno fértil para la misión salesiana.
Experiencia significativa la de confesar y celebrar la Misa en el mercado. Comenta el P. Crisafulli: “Llegamos a eso de las 10:00 am. Me senté en una silla, pensando que nadie interrumpiría su trabajo para venir y confesarse. En cambio, para mi sorpresa, la gente comenzó a venir y a arrodillarse bajo el sol tropical en Abuja. Mientras tanto, había sido preparada una carpa, y luego llegó un pequeño amplificador y así comenzó la Misa… piensen en ello, más de 200 personas dejaron sus negocios y asistieron a misa en un día de mercado. Después de la celebración, algunos se me acercaron y me pidieron que bendijera sus puestos”.
Otra experiencia fue la vivida en Freetown, capital de Sierra Leona, en la cárcel de Pademba, que fue construida para 300 personas y ahora alberga a 1.876 reclusos. “Conocí a un joven llamado Juan Bosco. ‘Con un nombre así no deberías estar aquí -le dije en tono de broma con benevolencia. Él podría haber sido puesto en libertad bajo fianza por solo 20.000 leones, unos dos dólares estadounidenses, pero nadie sabía que estaba allí”. Hoy aquel Juan Bosco está fuera de la cárcel de Pademba y vive con otros chicos ex detenidos, que están estudiando o aprendiendo un oficio.
Actualmente el Director de Don Bosco Fambul, el salesiano coadjutor Lothar Wagner, en la cárcel de Pademba está cavando un pozo y construyendo la torre para el depósito de agua, adquiere libros para la biblioteca y dirige un taller para los presos.
“Esta es nuestra misión. Nuestro ‘salir evangelización las periferias’ seremos verdaderamente lo que tenemos que ser, y es caminando en esta dirección que vamos a recoger los frutos de santidad y alegría”.