MADRID (ACI/EWTN Noticias).- Mercedes Martínez Albesa, líder pro-vida española, advirtió que este viernes 5 de octubre, en que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) juzgará a Costa Rica por el caso de la fecundación in vitro (FIV) “se pone en juego la integridad de la Convención Americana de Derechos Humanos como tratado protector de la vida del ser humano desde su concepción”.
En comunicación con ACI Prensa el 2 de octubre, Martínez Albesa advirtió que hay un grave riesgo de que se abra la puerta a la legalización del aborto en América Latina debido a la aparente parcialidad hacia el aborto por parte de tres jueces de la CIDH.
“Al menos 3 de los 6 jueves de la Corte IDH que juzgarán el Caso, carecen, según el Instituto Solidaridad y Derechos Humanos, de la imparcialidad necesaria para juzgarlo, en contra de lo estipulado en artículo 8º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, según el cual cualquier circunstancia que afecte la independencia o imparcialidad de sus jueces constituye una incompatibilidad con el ejercicio de dicho cargo”, denunció.
De acuerdo a Martínez Albesa “los tres jueces parcializados son: Margaret May Macaulay (Jamaica), Alberto Pérez Pérez (Uruguay) y el presidente de la Corte Diego García Sayán (Perú)”.
“Estos tres jueces comparten la posición de que la vida humana no empieza con la fecundación o que el concebido recién existe desde la ‘anidación’ o en un momento posterior, y que la vida del concebido puede ser limitada en circunstancias razonables”, advirtió.
La líder pro-vida señaló que estos tres jueces de la CIDH “incluso se muestran partidarios de despenalizar o liberar el aborto”.
Martínez Albesa advirtió la gravedad de la situación, pues de acuerdo al artículo 16 del Reglamento de la CIDH, en caso de empate en la votación de sus 6 jueces, el voto dirimente sería el del presidente de esta Corte, en este caso García Sayán, favorable al aborto.
“Es decir, ahora mismo estos 3 jueces parcializados hacen mayoría para sentenciar el Caso FIV”, lamentó.
Esta postura ideológica de los tres jueces va en contra de la propia Convención Americana de Derechos Humanos, que explicita en su artículo 4.1. que “toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente”.
“Es la primera vez en la historia de la Corte Interamericana que ésta conoce de un caso como éste. Por esa razón, los ojos del mundo están fijados en este caso y, en consecuencia, en lo que haga o deje de hacer Costa Rica”, advirtió la líder pro-vida.
Para resolver este caso, explicó Mercedes Martínez Albesa a ACI Prensa, la CIDH tendrá que determinar, desde un punto de vista jurídico, desde cuándo se puede hablar de concebido.
“Si la Corte resuelve que el concebido recién existe desde la anidación, se habrán abierto las puertas para las prácticas abortivas y la manipulación del cigoto hasta antes de que se produzca la anidación”, alertó.
Además, continuó Martínez Albesa, “aún en el supuesto de que la Corte determine que el concebido existe desde la misma fecundación, la Corte tendrá que pronunciarse inevitablemente sobre si el derecho a la vida del concebido puede ser limitado en aras de proteger o promover otros derechos o intereses”.
Con ello, señaló, “habrán abierto también las puertas para las prácticas abortivas o la manipulación indebida del concebido, en cualesquiera de sus etapas de desarrollo, siempre que se justifique esa limitación en otro derecho o interés similar que se aspire alcanzar, como los pretendidos derechos sexuales y reproductivos”.
Martínez Albesa también destacó que el Instituto Solidaridad y Derechos Humanos reveló que la CIDH no puede decidir, válidamente, si los Estados deben aceptar o regular la fecundación in vitro, “porque esa es una decisión soberana que deben adoptar los Estados a través de sus procedimientos democráticos”.
La líder pro-vida advirtió que el juicio de este viernes “resolverá el sentido de la cultura de los derechos humanos, con relación a la vida del concebido y todas sus implicaciones para toda América Latina”.