(ANS – Medellín) – En el noviciado de La Ceja – Antioquia, Inspectoría de Medellín, 29 novicios salesianos de las Inspectorías de Centroamérica, Bolivia, Perú, Colombia Bogotá y Colombia Medellín hicieron ofrecimiento de sus vidas al Señor mediante votos temporales de obediencia, pobreza y castidad, el sábado 19 de enero. Acompañados por sus familiares, los novicios dieron este paso que los confirma en su opción por la vida religiosa.
En la tarde, los presentes se dirigieron a la Capilla del Colegio Domingo Savio de La Ceja para dar inicio a la Santa Eucaristía, que fue presidida por el padre John Jairo Gómez Rúa, Inspector de Medellín, concelebrada por el padre Mario Peresson, Inspector de Bogotá; el padre Cristóbal López, Inspector de Bolivia; el padre Manuel Solano, Ecónomo Inspectorial de Centroamérica y el padre Ariel Guerrero, Maestro de Novicios, además de un gran número de sacerdotes salesianos. Participaron también hermanos Coadjutores, los salesianos en formación inicial, las FMA, familiares y allegados de los Neoprofesos.
Después del Evangelio, fueron presentados por el padre Ariel Guerrero cada uno los jóvenes que en breve se convertirían en los nuevos Salesianos de la Congregación. Al concluir la homilía recitaron la fórmula de la profesión, hicieron sus votos temporales, y recibieron la medalla junto a las constituciones como signo de pertenencia a Dios y a la Congregación, compromiso de fidelidad a la vocación y de camino seguro que conduce al amor.
Al final de la ceremonia, el joven Yery Rojas, neoprofeso de Bolivia, se dirigió a los presentes en nombre de todos sus hermanos, manifestando la inmensa alegría de ser fieles; así mismo, agradeció a cada uno de los integrantes del equipo formador que los apoyó y acompañó en el año de noviciado. Antes de concluir la ceremonia, el padre John Jairo Gómez Rúa, realizó público agradecimiento al padre Ariel Guerrero, que “durante seis años realizó con dedicación y competencia su labor de Maestro de Novicios”, afirmó. Lo sucede en esta tarea de acompañar los jóvenes en la fase inicial de la vida salesiana el padre Armando Álvarez Díaz.
La primera profesión religiosa es de carácter temporal, es decir, quien profesa lo hace por un año y deberá repetir dicha profesión durante seis años como oportunidad de profundizar en la importancia y el compromiso de dicho estado de vida, para luego sellar definitivamente el pacto con Dios a través de la Profesión Perpetua.
Desde hace varios años el noviciado de Colombia cuenta con la presencia de novicios de diferentes inspectorías de la Región, lo cual enriquece su proceso formativo en la interculturalidad y el sentido de Congregación. Además, cuenta con un equipo formador pensado para tal fin, y conformado por salesianos de las inspectorías de donde provienen los novicios.