Con una Eucaristía al aire libre concelebrada por los obispos de Cuba, y el arzobispo de Miami, Estados Unidos –símbolo de la unidad de los cubanos dentro y fuera de la Isla—culminaron en La Habana los tres años de preparación para el Año Jubilar Mariano que inicia la Iglesia en Cuba el próximo 7 de enero. El Jubileo conmemora los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba, en la Bahía de Nipe, en 1612.
Bajo el lema “A Jesús por María: La Caridad nos une”, la Iglesia ha vivido tres años de preparación, cada uno de ellos con acciones pastorales, caritativas y misioneras que en 2011 culminaron con el recorrido de una imagen de la Virgen por toda la Isla. No había ocurrido algo así desde 1951-52.
La Eucaristía de La Habana se inició a las 16 horas del viernes 30 de diciembre, festividad de la Sagrada Familia, al concluir este recorrido. La imagen estaba visitando la diócesis de La Habana desde el 1 de Noviembre y llegó a la avenida del Puerto, escoltada por una guardia de motoristas, entre los aplausos del pueblo. Al final del acto, hubo fuegos artificiales. Dos días antes, la imagen recibió un homenaje cultural en la plaza de la Catedral.
En su homilía, el cardenal Jaime Ortega y Alamino, arzobispo de La Habana, integró el recorrido de la imagen con el mensaje del papa para la Jornada Mundial de la Paz de hoy 1 de enero. Habló de la familia, de los jóvenes y de su participación en las celebraciones a la Virgen, como algo que le ha dado “una visión renovada de la juventud cubana”.
Se refirió a la visita de Benedicto XVI a Cuba, a finales de marzo, como peregrino de la caridad y le pidió a la patrona de Cuba la unión y la reconciliación de todos los cubanos. “Virgen de la Caridad, únenos, por ti queremos llegar reconciliados a Jesús”, imploró, ante unos cuatro mil cubanos reunidos junto a la Bahía y ante una representación del gobierno de la nación. Estaban presentes el vicepresidente cubano Estaban Lazo, el canciller Bruno Rodríguez, la encargada de la Oficina de Asuntos Religiosos del comité central del Partido Comunista de Cuba (PCC), Caridad Diego, el historiador de la ciudad Eusebio Leal, y otros funcionarios.
Navidad de presos en casa
El cardenal señaló que la mayoría de los 2.991 cubanos indultados por el Consejo de Estado el 23 de diciembre por razones humanitarias, y por intercesión de la Iglesia católica y otras Iglesias, pasaron en sus hogares el día de Navidad. Sus palabras fueron interrumpidas por aplausos en varias ocasiones.
“La Virgen de la Caridad nos hace mirar desde más alto, y la vida se divisa distinta desde el balcón de la fe”, señaló el cardenal Ortega quien también reconoció la gratitud recibida de mucha gente “a nosotros, hombres de Iglesia, no porque estemos hallando soluciones mágicas a problemas económicos o sociales, sino por darles la posibilidad de reencontrarse a sí mismos de modo integral, como personas que no sólo tienen necesidades materiales, sino también de orden espiritual.”
Quizás saliendo al paso de antiguas acusaciones que colocaban a la Iglesia como institución distanciada del pueblo, el cardenal Ortega reiteró que “la Iglesia ha permanecido siempre en medio del pueblo, buscando todo lo que pueda aportarle de bueno para que su vida sea más feliz, por esto nos dan las gracias”.
Deber de la Iglesia, velar por el pueblo
El cardenal arzobispo de La Habana subrayó que ese es deber fundamental de la Iglesia y también su derecho: velar por el bien integral del pueblo. Algo, dijo, que se ha esforzado en hacer a través de los años “y lo ha ido alcanzando, sin cejar en su empeño, progresivamente”.
Monseñor Ortega agradeció a las autoridades del país: por respetar este derecho y facilitar nuestro deber. Indicó que muestra de ello fue el apoyo brindado por las instancias oficiales a la realización de la peregrinación de la imagen mariana.
Durante los 16 meses del recorrido de unos veintiocho mil kilómetros por toda la Isla, la imagen fue visitada por unos cinco millones de cubanos, según cálculos de la Iglesia. Cuba tiene una población de 11,2 millones de habitantes. En palabras del cardenal, fue “un andar misionero de María de la Caridad” que “ha culminado brillantemente”.
El cradenal Ortega hizo notar que, en torno a la imagen, “han sido numerosos los jóvenes que han estado presentes. Muchos están bautizados, otros no, pero la fe es un don de Dios que toma por asalto muchos corazones. Y se cultiva ciertamente en la familia”.
La Caridad nos une
Era el día de la Sagrada Familia, y el cardenal se refirió a las familias cubanas que “pobremente educadas en la fe católica, con un cristianismo desdibujado en nuestra sociedad, han sabido, sin embargo, transmitir a sus hijos el sentido de lo sagrado y el respeto a Dios, que favorecen los sentimientos religiosos y aún la misma fe”.
Para el cardenal, el paso de la Virgen no sólo ha hecho comprender al pueblo, la importancia, y aún la primacía, de los valores espirituales cristianos, “nos ha abierto los ojos también a nosotros, obispos y sacerdotes, pastores de este pueblo, sobre el reclamo de nuestra gente de ser esclarecidos, iluminados, apoyados en esos valores que desean vivir”. Y dirigiéndose a quienes tienen responsabilidades en el gobierno cubano les dijo que “esta lección de nuestra madre y patrona, la Virgen de la Caridad del Cobre, les está también diciendo algo a ustedes, como nos lo dice a nosotros. Cuánto tenemos que trabajar juntos, todos unidos, por el bien integral del pueblo cubano. En este esfuerzo también la Caridad nos une”.
El pasado 8 de septiembre los obispos cubanos dieron a conocer un Mensaje por el Año Jubilar que se inicia, en el que invitan a los creyentes a vivir la alegría de la fe, el testimonio del amor cristiano y la luz de la esperanza. Son tres virtudes que “la Iglesia debe aportar hoy a Cuba y a los cubanos”, expresó monseñor Emilio Aranguren al finalizar el acto. Indicó que a muchas personas les gustó el reconocimiento público hecho al ‘chófer de la Virgen’, Armando García y su familia, por el servicio prestado a lo largo del recorrido de la imagen.
Primavera de la fe
Para el arzobispo de Miami Thomas Wenski, “la respuesta del pueblo en la Eucaristía y en el recorrido de la imagen es algo que ha sorprendido y es una muestra de que Cuba vive una nueva primavera de la fe”. Piensa que es un signo de que el materialismo ideológico es un proyecto agotado porque la gente tiene sed de lo sagrado y transcendente y aunque, quizás, no lo saben verbalizar lo expresan a través de la religiosidad popular mariana”.
En su diócesis residen cerca de un millón de cubanos exiliados que también están celebrando actividades por el Jubileo Mariano.
Después de la Eucaristía, monseñor Wenski, que habla un español fluido, saludó informalmente a los representantes del gobierno y también habló con la prensa internacional.
Dijo que tanto la peregrinación de la Virgen como la próxima visita del papa Benedicto XVI “contribuirán a unir al pueblo cubano”, que es “uno solo dondequiera que esté”. A su regreso a Miami indicó que varios cubanos de la archidiócesis de Miami representarán a la diáspora cubana en los actos de apertura del Jubileo en el Cobre, y él mismo celebrará una Eucaristía en la Ermita de la Caridad de Miami, uniéndose a los actos en el Santuario del Cobre el día 7 de enero.
Y, para finalizar esta crónica, subrayar que, en un gesto inusual, a las 9.30 pm del mismo día 30, el Canal Educativo 2 transmitió de forma diferida la celebración de la Misa en la Avenida del Puerto. El Estado controla todos los medios de comunicación y durante casi medio siglo no ha emitido programacion religiosa, con la excepción de la visita del Juan Pablo II en 1998, y más recientemente, los mensajes de los obispos en sus provincias por Navidad, Pascua y en la fiesta de la Virgen de la Caridad .