(ANS – Addis Abeba) – “Más allá de todas las fronteras” es el título de un artículo que Familia Cristiana – conocido semanario fundado en 1931 por el padre Alberione – dedica esta semana al trabajo que los salesianos y los voluntarios del Voluntariado Internacional para el Desarrollo (VIS) desarrollan en Etiopía con tenacidad, profesionalismo y pasión. Un reportaje de viaje que Luciano Scalettari ha realizado junto con Carola Carazzone, presidente del VIS, y algunos funcionarios de la ONG salesiana. ANS propone una síntesis.
El viaje de la delegación italiana partió de Addis Abeba y, a través de Etiopía, se desarrolló hasta las fronteras con el sur de Sudán y Somalia: Gambela, Ilea, Ibago, Nyinenyang. Un relato de experiencias educativas e intervenciones humanitarias.
En Addis Abeba el Don Bosco Children acoge hoy a 160 ex niños de la calle. Su camino de recuperación se cuenta a partir de las primeras reuniones realizadas en la calle. Dos o tres veces a la semana los Salesianos, después de la cena van en coche a buscar los niños de la calle, junto con sus colaboradores etíopes. “La razón de aquello que hacemos la entiendo después, cuando finalmente llegan al Don Bosco Children”, dice el padre Dino Viviani, director de la obra. En el centro salesiano los niños recuperan su vida después de un largo y difícil camino.
“La primera fase es una decena de encuentros en un lugar convenido, semana tras semana. Hablamos con ellos. Los escuchamos. La mitad abandona casi de inmediato, la otra mitad nos pide acogerlos en el Don Bosco. Decimos que no. Queremos asegurarnos de que durante un par de meses frecuenten las reuniones de la tarde en la calle. En una etapa posterior, los invitamos, sólo durante el día, una vez a la semana. Luego, durante dos días. Después, durante tres. Muchos de ellos tienen que cruzar toda la ciudad para llegar al centro diurno”. Un método duro, pero que funciona. De los niños que vienen al Don Bosco Children sólo el 4% regresa a la calle. Los salesianos son extremadamente exigentes, ya que la experiencia de 12 años les ha enseñado una cosa: reeducar a los niños que viven en la calle es un trabajo más difícil, igual sólo a la rehabilitación de los niños ex soldados.
Entre las aldeas habitadas por los Nuer y Anyuak, poblaciones de origen sudanés, llegados prófugos a Etiopía para escapar de la guerra, el padre Filippo Perin, acompañó a la delegación italiana a visitar los “Pozos para Andrea,” fuentes construidas por VIS, llenas de bombas, conductos e infraestructuras de riego por valor de más de 800.000 euros.
En el extremo oriental de Etiopía, en la frontera con Somalia, el VIS continúa la obra de don Gianni Premoli, salesiano, “el único sacerdote católico que ha trabajado aquí”, explica Fuad Alamirew, musulmán y presidente de una ONG local, socio del VIS. Aquí, entre la multitud en la fiesta, se inauguró una fuente captada a 130 metros de profundidad. “El agua y la educación son las primeras necesidades de la gente. Escuelas hemos construido ya 14. – explica Fuad – Por el bien de la humanidad, los cristianos y los musulmanes pueden y deben trabajar juntos, como siempre lo hizo don Gianni, cuando estaba con nosotros”.
El periodista en su artículo comenta: “El método salesiano es conocido en todo el mundo por “la pastoral del patio”, por los oratorios, por la educación escolar en todos los grados, por la formación profesional. Es así también en Etiopía: donde hay una misión salesiana o un proyecto del VIS, hay un centro Don Bosco, hay escuelas con miles de estudiantes (Etiopía tiene hambre de instrucción, la tasa de analfabetismo es superior al 50%), hay institutos para los fontaneros, carpinteros, ebanistas, artesanos. Pero aquí, misioneros y voluntarios han elegido ir a operar también a los límites extremos: los de la pobreza, con los últimos entre los últimos, como son los niños de la calle; pero también los geográficos con el sur de Sudán y Somalia, “.
Añadimos que el título del artículo – “Más allá de todas las fronteras” – expresa bien el compromiso perenne de los Salesianos y los voluntarios que en todo el mundo mantienen viva la promesa de Don Bosco: “hasta mi último aliento será para mis jóvenes. “