AsiaNews / REL.- Huido con su familia de Vietnam del Sur, acogido en Japón hace 28 años, hoy es sacerdote. Nguyen Quang Thuan devuelve el favor al país que lo alojó, dedicándose a ayudar psicológicamente a aquellos que fueron evacuados de sus propias casas después del desastre nuclear de Fukushima en marzo de 2011.
Son personas hospedadas en alojamientos provisionales en la ciudad de Iwaki, prefectura de Fukushima, que tienden a permanecer aisladas en el interior de sus actuales casas y para las cuales se creó un lugar de encuentro llamado “outreach café”, café de sensibilización.
Acompañamiento a los evacuados
El sacerdote vietnamita va allí cada día: reza con los evacuados, les escucha, trata de ayudarles a salir del aislamiento y a sociabilizarse. El padre Thuan se dedica a 10 de los complejos habitacionales, en colaboración con voluntarios de la Iglesia Católica; juntos hablan con los residentes.
“Los evacuados se preguntan con preocupación si podrán en el futuro volver a sus casas.Yo trato de ser positivo con ellos sobre su futuro, si bien es sólo un poco lo que hago”, explica Nguyen Quang Thuan.
Nació en la periferia de aquella que entonces se llamaba Saigón, donde su familia tenía una plantación de café; Thuan tenía 5 años, cuando sus padres decidieron huir del país, en el temor de persecuciones por parte de los comunistas, vencedores de la guerra de Vietnam.
Los “boat people”
Fue así que una noche se encontró, junto a su hermana de 12 años, en una de las tantas barcazas de los “boat people”, casi un millón y medio de personas que después de 1975 escaparon de Vietnam, Laos y Camboya.
En la barca había comida suficiente para tres o cuatro días. Thuan se nutría con azúcar que sus padres le habían dado. Durante el viaje, un barco sin bandera abordó su barca. Hombres armados subieron a bordo en busca de dinero. “No logro ver películas de piratas”, revela el padre Thuan, que conserva vivo el recuerdo de tal experiencia.
Llega a Japón
A pesar de todo, después de una semana la barcaza de Thuan llegó a la isla indonesia de Galang. Tras dos años en un campo de refugiados, junto a su hermana logró llegar a Japón, donde la familia entero logró reunirse después de seis años. El lugar fue la iglesia católica de la prefectura de Miyazaki.
Los primeros años de escuela no fueron fáciles para él: inscrito en la escuela primaria, Thuan fue víctima del mal trato de sus compañeros y por un lapso de tiempo dejó de frecuentar la escuela. Pero estudió mucho y logró ser admitido en la facultad de Nanzan de la Universidad de ciencias humanistas. “He querido dedicarme a los otros haciéndome cura como el sacerdote que recibió a mi familia”, explica.
“Los evacuados llegan a los alojamientos provisionales para escapar de las radiaciones. También yo me escapé de mi país y llegué aquí. Muchas personas me han ayudado a llegar adonde estoy ahora. Es natural para mí ayudar a los otros”.