En Recife (noreste de Brasil), grupos de feministas aprovecharon la última edición del Grito de los Excluidos –iniciativa nacional de la Conferencia de Obispos Católicos de Brasil- para promover el aborto y la ideología de genero.
Aunque el lema de la manifestación de este año fue “La vida en primer lugar”, ni la presencia del Arzobispo de Recibe, Mons. Fernando Saburido, evitó que las feministas del movimiento Marcha Mundial de las Mujeres usaran el evento para promover la despenalización del aborto y la ideología de género como respeto a la “diversidad”.
No es la primera vez que grupos anti-católicos usan la iniciativa para promover sus ideas. Esta fue la razón que llevó al Arzobispo de Paraíba, Mons. Aldo Pagotto, a no realizar el “Grito” en su diócesis este año. En un comunicado de prensa, Mons. Pagotto explicó que “en los últimos años participaron del evento entidades y movimientos contrarios a los dogmas y enseñanzas de la Iglesia Católica, como aquellos que piden la despenalización del aborto y defienden el uso de los preservativos”.
El evento en Recife contó con la participación de unas cinco mil personas y del Arzobispo Saburido quien en su discurso cuestionó “el problema de las desigualdades sociales y defendió que la vida humana debe siempre ser mantenida en primer plano”.
Deuslovult.org y el sitio web de la Arquidiócesis de Olinda y Recife denunciaron que junto a discursos inflamados, “representantes de diversas clases (estudiantes, trabajadores, feministas) lucieron carteles con mensajes a favor de causas sociales como la reforma agraria y la disminución de la carga horaria de trabajo de 40 horas”.
Una feminista se dirigió a los manifestantes y reclamó ayuda para los “millones de mujeres muriendo por falta de apoyo del Gobierno en la cuestión del aborto”, al tiempo que exigió que se permita el aborto en los hospitales públicos “cuando ellas deciden interrumpir el embarazo” y reclamó a las iglesias “dejar de discriminar a las mujeres que optan por la interrupción del embarazo”.