Mundo Salesiano

“Hablar un nuevo idioma abre los grandes horizontes del diálogo intercultural”

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El Superior que recibe a un nuevo misionero en su Circunscripción está obligado a garantizarle un curso formal de idiomas de al menos seis meses, que puede prorrogarse si el nuevo misionero lo necesita. Los jóvenes de hoy en día generalmente conocen al menos una lengua extranjera, además de su idioma nacional. Así, para los pastores-educadores de jóvenes, el bilingüismo es una realidad que todo salesiano, en todos los contextos, está llamado a afrontar.

Cada idioma es producto del pensamiento y el comportamiento de un grupo de personas. Es una de las partes más importantes de cualquier cultura porque es la herramienta que expresa valores, creencias y significados. Y leyendo todo esto al revés, se puede decir que cada lengua determina la mentalidad, la forma de pensar y la visión del mundo del hablante, permitiéndole construir relaciones y crear un sentido de comunidad.

Aprender un nuevo idioma puede resultar difícil y desalentador, pero abre nuevos horizontes. No significa solo aprender un nuevo alfabeto, reglas gramaticales o sintaxis; también significa aprender la forma de vida y las tradiciones culturales de ese grupo de personas.

El contexto cultural es la base para comprender un idioma, mientras que la lengua es la clave de una cultura. Por un lado, no se puede aprender un idioma sin comprender su cultura. Por otro lado, la lengua es la clave para comprender una cultura. Por tanto, aprender un idioma ayuda a comprender otra cultura. De hecho, si no se está inmerso en una cultura, hablar ese idioma de manera eficaz se convierte en un serio desafío.

Hablar un nuevo idioma permite al salesiano identificarse con otros que lo hablan, conocer su cultura, entender por qué se comportan de esa manera, llegar a ellos y susurrarles el Evangelio. Le abre los grandes horizontes del diálogo intercultural y le permite ser un agente activo en la profundización de la inculturación del carisma de Don Bosco en su propia cultura.

Para la reflexión y el debate pregunto:

¿Cuánto intento ser bilingüe?

¿Cuánto intento aprender el idioma y la cultura local del país donde trabajo?

 

Don Alfred Maravilla, SDB

Consejero General de Misiones

 

Fuente: AustraLasia

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