El martes 12 de octubre, la Universidad Pontificia salesiana (UPS) de Roma abrirá oficialmente el nuevo Año Académico. Al evento participaran Don Pascual Chávez Villanueva, Rector Mayor de los Salesianos de don Bosco y Gran Canciller de la UPS y el padre Francesco Cereda, Consejero General para la Formación.
Después de haber acogido con la acostumbrada fiesta, en la jornada del lunes 4 de octubre, con las matrículas inscritas a las seis Facultades (Teología, Ciencias de la educación, Filosofía, Derecho Canónico, Letras Cristianas y Clásicas y Ciencias de la Comunicación Social), y después de haber comenzado el martes el curso regular de las clases, la UPS se prepara a la solemne bendición que marca el inicio del Año Académico.
El programa de las actividades del 12 de octubre prevé la apertura a las 9:30 a.m, con la celebración eucarística en la iglesia parroquial de Santa María de la Esperanza, contigua al claustro universitario. La eucaristía que podrá contar con la animación del Coro Universitario será presidida por Don Chávez.
Después a las 11,15, en la Aula Pablo VI de la Universidad, se dará inicio al acto académico con la relación introductoria del Rector Magnífico, profesor padre Carlo Nanni. Seguirá luego el profesor Stefano Zamagni, ordinario de Economía Política de la Universidad de Bolonia y Consultor del Consejo de Justicia y Paz, sobre el tema: “Relaciones entre desarrollo, ética y formación universitaria”.
Don Chávez, en calidad de Gran Canciller, entregará después la medalla de la UPS a los docentes que este año llegan al grado de “Eméritos”, y premiará los estudiantes sobresalientes. El mismo Gran Canciller, al final, proclamará oficialmente abierto el Año académico 2010-2011.
Para animar la velada en los intermedios intervendrá el dúo compuesto por Javier Girotto y Gianni Iorio.
En el mensaje enviado a todos los estudiantes para iniciar las clases, el Rector Magnífico padre Nanni ha invitado a todos los estudiantes y los docentes a estar presentes para compartir, porque la razón de la universidad es: aprender en manera rigurosa y científica, formarse humana y cristianamente, adquirir competencias, participar en forma y responsable de aquella civilización del amor que es derecho de todos, a todos los niveles, civiles y eclesiales”.