(ANS – Roma) – Un día inolvidable para todos los que cotidianamente hacen vida la casa salesiana del Sagrado Corazón en Roma: salesianos, miembros de otros grupos y comunidades religiosas, refugiados, jóvenes, familias y ancianos. La visita pastoral del Papa Francisco, tuvo lugar la tarde de ayer, domingo 19 de enero, fue un evento que dejó en los corazones de cada uno un signo de la cercanía del Papa con todos los hombres.
A las 4:00 pm el Papa Francisco llegó a la casa salesiana, abarrotada de fieles por todas las partes, a pesar de las intensas lluvias y el granizo que caía intermitentemente sobre la gente reunida en el patio. Fue a los fieles parados al aire libre que el Papa dedicó su primer saludo.
Sucesivamente el Papa se reunió con las diversas realidades de la parroquia, reservando también en este caso, una atención especial a los que la sociedad cree como “los últimos”: los pobres y sin hogar que gravitan la zona de la estación de trenes de Roma Termini y luego a los Refugiados del programa específicamente diseñado para ellos por la comunidad del Sagrado corazón.
Como pastor de toda la población de la diócesis de Roma, el Papa Francisco continuó los saludos a otros miembros de la comunidad parroquial: los niños bautizados en los últimos meses, sus padres, los recién casados y las familias jóvenes; entonces, haciendo un gesto que se ha vuelvo habitual durante sus Visitas Pastorales a las parroquias de Roma, confesó a cinco penitentes.
Poco antes de las 6:00 pm., el Santo Padre presidió la celebración eucarística en la Basílica del Sagrado Corazón, concelebrada también por el Rector Mayor, Don Pascual Chávez. En su homilía, partiendo del Evangelio del día, el Santo Padre recordó una vez más, un punto clave de su magisterio: la misericordia de Dios, que no se cansa de cargar los pecados de los hombres. El Papa, por lo tanto, animó a los jóvenes a fin de que, sostenidos por este conocimiento, sepan orientarse con fe a Jesús.
Después de la misa, saludó a los enfermos y se reunió con la comunidad salesiana, con el párroco don Valerio Baresi y las Hermanas Misioneras de Cristo Resucitado. También estuvieron presentes para la ocasión, el Rector Mayor, su Vicario, don Adriano Bregolin, y el Consejero para las Misiones, don Václav Klement y el consejero para la Región América Cono Sur, don Natale Vitali.
Antes de regresar al Vaticano, el Papa Francisco quería reunirse con los jóvenes de la parroquia; en un clima muy agradable y familiar, habló con don Salvatore Policino, SDB, con don Baresi y con todos los chicos presentes, a quienes dio el mismo llamado “de hacer ruido” que había hecho en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Y también señaló que desde la Edad Media se aclaró el concepto de que la Iglesia está en constante renovación, para lo cual los agentes de pastoral, sin perder su identidad, están llamados a cambiar los métodos, buscar diferentes enfoques y de “ensuciarse las manos” para llevar a los hombres a Dios.
A modo de conclusión de la intensa tarde José, uno de los jóvenes presentes, dijo: “Todavía estamos impresionados por la forma en que el Papa pasó del tono serio a uno afectuoso o de broma, sin que nada incomodara. En realidad, nadie espera tanta ternura paternal… una cosa es oír hablar de ello, verlo en la televisión… y otra es vivirlo”.