La Congregación para la Educación Católica expresa su “cercanía” y la “voluntad de ánimo” a todas las escuelas católicas, las facultades eclesiásticas y las universidades católicas en este tiempo de pandemia provocada por el coronavirus, un tiempo “para el que no estábamos preparados”, advierten.
El prefecto de la Congregación, el cardenal Giuseppe Versaldi, y el secretario, monseñor Angelo Vincenzo Zani, arzobispo de Volturno firman el comunicado publicado este miércoles, 8 de abril de 2020.
En particular, los responsables de Educación en el Vaticano dan las gracias a los directores, los rectores, los presidentes, los decanos, los docentes y al personal administrativo y de servicio que en estos meses “están gestionando la grave fatiga”, garantizando el desarrollo de las actividades escolares y académicas, a través de la modalidad a distancia para asegurar la continuidad y la “regular” conclusión del año académico en curso, como fue indicado en la Nota de la Congregación, relacionada con los exámenes y pruebas equivalentes en las Instituciones Académica Eclesiásticas, emitida el 12 de marzo.
También la UNESCO, indican en la nota, teniendo en consideración en estos días las intervenciones necesarias para afrontar la grave situación de emergencia, ha retomado uno de los objetivos de la Agenda Education 2030, donde se pide “concebir sistemas educativos más resilientes y más reactivos a los conflictos, a los desórdenes sociales y a los riesgos naturales, de modo que la educación continúe funcionando en medio de situaciones de urgencia, durante los conflictos y en los períodos que a ellos se subsiguen”.
Acompañar a los hijos
Igualmente, agradecen y apoyan a las familias por “adaptarse a la necesidad de acompañar a los hijos que estudian en casa” sin que estén todas “dotadas de los relativos instrumentos informáticos y preparadas para afrontar la presencia continua de los hijos en casa”.
Ante esta serie de problemáticas, de la cual la primera es la salud y todas las precauciones que se adoptan para preservarla, “se requiere ante todo responder a las exigencias inmediatas para concluir regularmente el año académico en curso”. Pero, al mismo tiempo, advierten, “es necesario considerar el hecho de que la situación actual podría prolongarse” y que, por lo tanto, “hay que organizarse para el futuro y saber discernir las oportunidades que esta crisis nos ofrece”.
Asimismo, invitan a permanecer atentos a cuanto los Ministerios competentes para las escuelas y para las universidades disponen para las instituciones educativas de cada país. “Pedimos a todos el acompañamiento y la seguridad de los niños y jóvenes, y afrontar con paciencia y con inteligencia y activa colaboración este momento especial por el tiempo que será necesario”.
Identidad y misión
A la comunidad de Éfeso, san Pablo escribió: “Así, pues mirad atentamente como vivís(…) aprovechando bien el tiempo presente, porque los días son malos (…) llenaos más bien del Espíritu (…), dando gracias continuamente a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo” (cf. Ef 5,15-20).
Esta crisis, añade el prefecto, puede ser una “ocasión para que las instituciones académicas católicas en todo el mundo confirmen el testimonio de la propia identidad y misión como comunidad de fe y de caridad”. Con san Pablo, los miembros de la Congregación invitan a “renovar la fe en el Resucitado y a vivir en vigilia constante este tiempo, utilizando en el mejor modo posible los dones recibidos por Dios”.
Fuente: Zenit