Mundo Salesiano

México: “Atendemos a las personas más vulnerables”

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Desde que se inició la emergencia sanitaria por el Covid-19 en México, miles de personas se han contagiado y era necesario detener las actividades. En la frontera con Estados Unidos viven cientos de miles de personas con el deseo de pasar al “sueño americano” y son las personas más vulnerables quienes habitan en la zona fronteriza. El Desayunador “Padre Chava” mantiene abiertas sus puertas a pesar de la situación y del contexto difícil que se vive.

El Desayunador “Padre Chava” continúa atendiendo a los migrantes, porque son personas que se han quedado sin sustento, sin la oportunidad de acceder a cuestiones básicas como la alimentación y la atención médica. Ante esta crisis, se han tenido que duplicar los esfuerzos y tomar medidas para atender la necesidad con el riesgo de la propagación del virus, “porque, aunque la posibilidad esté latente, el hambre y la necesidad en estos días de escasez incrementan”, afirma el P. Agustín Novoa, SDB, director de la obra salesiana de la ciudad. Y actualmente la fila de los migrantes se triplica por no tienen sustento.  

Desde hace poco más de 30 años, en este lugar se sirven platos de comida, se acompaña y acoge a los más vulnerables, especialmente a los migrantes. Debido al Covid-19, el desayunador suspendió la asesoría legal, la atención psicológica, la bolsa de trabajo, el servicio de peluquería, el apoyo escolar para los niños y las actividades de oratorio de fin de semana.

 

 

Desde hace tres semanas no se ha podido “recibir como en casa y en familia a los beneficiarios, invitarles a tomar el alimento en una mesa” para evitar las aglomeraciones, afirma, Claudia Portela, salesiana cooperadora, quien es la encargada del desayunador. Sin embargo, sigue abierto hasta por una hora y media más de lo habitual y sirviendo poco más de 1,200 desayunos “para llevar” en contenedores plásticos con arroz o frijol, un pedazo de pan, carne o huevo, una bebida de 250 mililitros y en ocasiones fruta; también se sigue repartiendo despensas todos los días y según lo que las donaciones van permitiendo.

Quienes colaboran en la preparación y entrega de los alimentos acatan las medidas de sanidad indicadas por las instituciones de salud y propuestas por los médicos que atienden en el desayunador. Los voluntarios portan cubrebocas y guantes; ayudan a higienizar con gel antibacterial las manos de quienes se van a alimentar y pasan de tres en tres personas a la zona donde recibirán el alimento. La indumentaria que portan los voluntarios (guantes, cubrebocas y gel) les ha sido donada, pero también se ha ido agotando.

El servicio de atención médica permanece en función y siguen atendiendo aproximadamente 40 pacientes diarios. Los médicos tienen un filtro médico y valoran a quienes tienen algún indicio de enfermedad respiratoria, además de seguir con el trajín diario de valorar y atender otras posibles enfermedades.

 

 

Por ahora, el albergue temporal para migrantes ha tenido que suspender los ingresos, aunque su capacidad de ocupación está a la mitad. Lo anterior, con la finalidad de cuidar la salud de las 53 personas que ya se encontraban resguardadas en el lugar antes de la emergencia sanitaria y ante la imposibilidad de poder brindar a más personas los tres alimentos diarios, por la baja de donaciones.

En un escenario como este, cerrar el Desayunador no es una opción ya que se afectaría a miles: las personas que dejarían de recibir este alimento podrían considerar la opción de robarlo o recurrir a la droga, aumentando así los índices de violencia y, por supuesto, poniendo en riesgo su salud e incluso su vida, ya que la mayoría solo reciben este alimento en el día, afirmó, el P. Agustín Novoa, SDB. Con un buen número de donadores en Estados Unidos y las fronteras cerradas; ante la instrucción en muchos países de quedarse en casa y las afecciones económicas que esto trae, los donativos se han visto claramente disminuidos. Dichas aportaciones son el sostén de la obra y sin ellos el dar alimento a otros podría verse frenado.

Claudia Portela afirma que para que el desayunador siga en actividad las próximas semanas se necesitan adquirir víveres para preparar los alimentos, la indumentaria para que los voluntarios y médicos guarden las medidas de sanidad y pagar el gas para cocinar.

Fuente: Agenzia Info Salesiana


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