El Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, llevó 33 rosarios bendecidos por el Papa Benedicto XVI a los mineros atrapados en el yacimiento San José de Atacama. El Purpurado celebró una emotiva Misa con los familiares y amigos de los trabajadores que aguardan su rescate.
El Cardenal Errázuriz destacó el gesto del Santo Padre, que el domingo envió un mensaje de solidaridad y cercanía a los mineros. “Es impresionante cómo este hecho nos unió a todos como familia y no hay nadie en Chile que no esté pendiente día a día de lo que a ellos les ocurre”, señaló el Arzobispo de Santiago en una conferencia de prensa ofrecida en el Obispado de Copiapó.
El Purpurado destacó el valor de los trabajadores, la fortaleza, alegría, solidaridad y disciplina con que han enfrentado esta situación. También reflexionó sobre su inmensa fe, su devoción a la Virgen de la Candelaria y a San Lorenzo, patrono de los mineros.
El Cardenal Errázuriz subrayó la colaboración de tantos sectores en las tareas de rescate. “Cuántas labores importantes en Chile podríamos abordar con ese espíritu de solidaridad”, manifestó y consideró que “este esfuerzo proclama el valor de toda vida humana, que no tiene precio”.
“Lo que ocurrió acá es uno de los más grandes regalos de cómo tiene que ser el Chile del futuro, el comunición, el colaboración, con fortaleza, esperanza y alegría”, agregó.
Después de la Misa, en diálogo con los periodistas, el Cardenal reveló que pudo hablar por teléfono con los mineros “que hoy vine trayéndoles estos 33 rosarios que el Papa les envía especialmente a ellos y que él mismo bendijo”.
Los mineros “tienen un ánimo esperanzador, solidario, con mucha fe, que nos da esperanza en que puedan resistir hasta que sean rescatados”, señaló.
Los mineros se comunican con el exterior a través de unos tubos de plástico conocidos como “palomas” en los que se colocan alimentos, medicinas y, esta vez, los rosarios enviados por el Papa Benedicto XVI. Las palomas recorren los 700 metros de profundidad que separan a los mineros de la superficie a través de un ducto trazado por una perforadora que logró dar con el lugar en el que se encontraban