El Secretario de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB – Leonardo Steiner, grabó un vídeo en el que deja claro que el Sínodo de la Amazonía es “de la Iglesia y para la Iglesia”.
En su pronunciamiento, el Secretario de la CNBB recuerda que el Sínodo no es algo que afecta sólo a Brasil, sino también a los otros ocho países que forman parte de la cuenca amazónica y pide que todos recen por la buena realización del Sínodo.
Asimismo, Monseñor Steiner señala que está claro que en las discusiones del Sínodo “están implicados los pueblos y el medio ambiente, toda esa realidad será abordada”, finalizando su alocución insistiendo en que “el Santo Padre desea que encontremos nuevos caminos para la evangelización de la Panamazonía”.
Sínodo especial
En el documento preparatorio de la asamblea de octubre se define la Amazonía como “una región con una rica biodiversidad, multiétnica, multicultural y multirreligiosa, espejo de toda la humanidad que, en defensa de la vida, exige cambios estructurales y personales a todos los seres humanos, a los Estados y a la Iglesia”.
En la primera parte de este documento, está la preocupación de la Iglesia por hacer un llamado a todos a “mirar la identidad y los gritos de la Panamazonía”. Según el documento preparatorio, “en su historia misionera, la Amazonía ha sido un lugar de testimonio concreto de estar en la cruz, incluyendo, a menudo, un lugar de martirio. La Iglesia también ha sabido que en este territorio, habitado desde hace más de 10.000 años por una gran diversidad de pueblos, sus culturas han sido construidas en armonía con el medio ambiente.
El Sínodo se propone, desde su convocatoria, hacer una revisión de la obra de evangelización y, por tanto, la Iglesia debe hacer un serio discernimiento ante la Palabra de Dios. El anuncio del Evangelio de Jesús en la Amazonía se presenta desde las dimensiones bíblico-teológica, social, ecológica, sacramental y eclesial-misionera. “Hoy el grito de la Amazonia al Creador es semejante al grito del Pueblo de Dios en Egipto (cf. Ex 3, 7). Es un grito de esclavitud y abandono, que clama por la libertad y el cuidado de Dios. Es un grito que anhela la presencia de Dios, especialmente cuando los pueblos amazónicos, por defender sus tierras, son criminalizados por las autoridades; o cuando son testigos de la destrucción de la selva tropical, que constituye su hábitat milenario; o incluso, cuando las aguas de sus ríos se llenan de especies muertas en lugar de estar llenas de vida”, dice el texto preparatorio.
Y, por último, el texto básico apunta a un compromiso de todos con la realidad: nuevos caminos para una Iglesia con rostro amazónico. El texto refleja cómo sería este rostro, la dimensión profética, los ministerios y los nuevos caminos. “En el proceso de pensar en una Iglesia con rostro amazónico, soñamos con los pies plantados en la tierra de nuestros antepasados y con los ojos abiertos pensamos cómo será esta Iglesia desde la experiencia de la diversidad cultural de los pueblos. Los nuevos caminos tendrán un impacto en los ministerios, la liturgia y la teología”, enfatiza el texto.
Fuente: Agenzia Info Ans