(ANS – Goma) – Con la llegada de la Navidad está a punto de terminar la novena por la paz y la justicia en Goma. En los próximos días, hasta la víspera de Navidad, la novena propuesta por mons. Théophile Kaboy, obispo de la ciudad, ora por las familias, los religiosos y los políticos.
Para mañana 22 de diciembre, el séptimo día de la novena, la oración se centra en la familia. Un comentario del pasaje evangélico de la resurrección del niño a las puertas de Naín (Lucas 7:11-17), son de nuevo propuestas las palabras de mons. François-Xavier Maroy, Arzobispo de Bukavu: “Hay que estar loco para obedecer a quien te pide disparar a tu padre, tu madre, tu tía. Si eres inteligente, debes responder a quien te lo pide, que las armas no te dan la felicidad y te apartarás de él en paz. (…) Dejamos todo lo que destruye la vida humana. Unámonos y busquemos lo que nos puede ayudar a vivir y a trabajar juntos en paz. ”
En la importancia de la Iglesia y de los religiosos, sobre todo en la ausencia del Estado, se basa la reflexión del octavo día, el domingo 23. “El país sigue funcionando, en parte, como una especie de reserva, una tierra de nadie, una jungla en la que pueblos enteros se quedan a merced de los grupos de interés, en detrimento de las personas que ya han sufrido demasiado por la ausencia del Estado, o al menos por su evidente debilidad. (…) Tal es la situación en la República Democrática del Congo, y ha llevado a la Iglesia a participar de una manera profética, a servir al bien común, la reconciliación, la justicia y la paz, según el Evangelio y la doctrina social”. La oración, por lo tanto, es “por toda la Iglesia, los obispos, los sacerdotes, los religiosos y religiosas y los laicos comprometidos: para que Dios les dé fuerza y valor en el compromiso por la verdad, la paz y la reconciliación en el país “.
Como lectura evangélica está propuesto el pasaje en el cual Jesús llama a sus discípulos “sal de la tierra, luz del mundo” (Mt. 5:13-16).
En el último día de la novena, víspera de Navidad, la súplica se eleva sobre los gobernantes del país y todos aquellos que tienen un papel activo en el escenario del Congo: “Para que los políticos del país y del mundo entero se decidan a buscar la paz y el bien del país, que dejen de pensar solo en sus propios intereses y en enriquecerse. Y por los pocos que levantan sus voces contra la corrupción y la injusticia, a fin que no se cansen a pesar de las amenazas y la indiferencia”.
La oración se une al lamento cuando existe la sensación de desconfianza en las organizaciones internacionales de la mayoría de la población. “El conflicto en la República Democrática del Congo es el más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial. Debemos poner fin al silencio ensordecedor de la comunidad internacional y recordar a los líderes mundiales que millones de vidas ya han sido robadas “.
Concluye la oración, la lectura del pasaje evangélico en el que Jesús invita a cada uno a tomar su cruz y seguirlo (Marcos 8,34-38).