(ANS – Roma) – El, 11 de julio, el Rector Mayor habló en la VI Reunión de las Instituciones Salesianas de Educación Superior (IUS). El informe – Perspectiva salesiana en la presencia de la educación superior – ha ofrecido un análisis de la realidad educativa actual, una lectura y soluciones de salida de la crisis y, por último, un compendio sobre el educar hoy.
Don Chávez ha iniciado su intervención refiriéndose a la memoria de la liturgia del día: San Benito. La tradición monástica que él inició expresaba en los lugares principales que constituían un monasterio la visión integral del ser humano: iglesia (a Dios como su primer trabajo), biblioteca (la cultura y región), el refectorio (fraternidad), el jardín y los campos (trabajo cuotidiano) y las grandes universidades (educación). “Para esto, necesitamos lugares de cultura viva y abierta que constituyan una ayuda para entender los cambios de hoy.”
“Desde hace tiempo la Iglesia ha colocado con fuerza el tema de la educación en el centro de su acción. Pero la tarea de formar a los jóvenes en un humanismo integral corre el peligro de ser sustituido por modelos que intercambian el bien con la utilidad, la belleza con el gusto individual”.
La emergencia educativa “no es una crisis de las técnicas educativas o sistemas universitarios. La educación es mucho más que una técnica, Don Bosco solía decir: “se trata de un asunto del corazón”. Se trata de un proceso primordial, al igual que la gestación ya que es un hombre nuevo, una mujer nueva que está naciendo. La educación conduce, en primer lugar, a la conciencia de sí mismo (quién somos) a la capacidad de relación y de cultura, a la libertad y responsabilidad. Se trata de formar personas, profesionales y ciudadanos. ”
La crisis de la familia, las dificultades del sistema escolar y universitario y la velocidad de los cambios en las condiciones en las que la vida se lleva a cabo, son los factores que acompañan a la crisis educativa. Se añade una cuarta que el Rector Mayor retiene profunda y decisiva: la crisis de la cultura y la antropología. Dos son las etapas que la caracterizan: la división entre el mundo “objetivo” de la racionalidad y el mundo “subjetivos” y emotivo de los sentimientos y los afectos, y la reducción de las expresiones de esfera emotiva, afectiva y moral, incluida la libertad, a pura actividad y procesos cerebrales, electroquímicos, reproducibles artificialmente. Ambas etapas disminuyen y reducen la educación y por consiguiente el valor persona.
“Hoy en día se necesitan las IUS más que hace 12 años cuando se inició la red de centros universitarios – dijo don Chávez – porque es necesario dar un aporte cultural y no una mera transmisión de conocimientos.”
Para la crisis de la educación – cuyo diagnóstico ya había sido trazado por el Papa Benedicto XVI – El Rector Mayor sugiere algunas formas de salir o de atenuación y contraste. “Si el problema es antropológico, la primera terapia ha de ser antropológica, cultural. Hemos de recuperar la matriz original de la escuela, creada para humanizar. La primera escuela en la antigua Grecia era llamada “Paideia”, que es el arte que ayuda al niño a ser plenamente humano, en la época romana se la llamó “Humanitas”, del arte de humanizar, en el siglo IV “Divinitas”, el arte de conducir al hombre a la plenitud de Dios “.
Basándose en la experiencia de Don Bosco, Don Chávez ha indicado, al igual que en el mundo del deporte, algunos fundamentos de la educación: “Amar a la persona que hemos de educar. No hay que evitar las preguntas e inquietudes de los estudiantes, tanto explícitas como implícitas. Hay que ser capaz de combinar la disciplina que forja el carácter con la libertad, y ayudar a los jóvenes a asumir el riesgo de ser libres. Por último, no ahorrar a los jóvenes el sufrimiento que es parte de la vida. ”
Un papel especial lo desempeña el “maestro”: “por esto es importante cuidar la formación de profesores, ¡muchos enseñan, pocos educan! Educar es proponer la verdad, comunicar valores, alentar ideales de vida, proponer sistemas de vida comunitaria que van más allá de la economía y la política. ”
¿Qué es la educación y quiénes son los educadores? La historia reciente del mundo ha dado a esta pregunta dos respuestas extremas: una técnica y otra ideológica. Pero resulta que ni la técnica ni la ideología eximen al hombre de la tarea de descubrir el significado de la humanidad, ni le dan automáticamente la energía interna necesaria para realizar su destino personal.
“El nuevo mundo es una admirable conquista de la ciencia, el deseo de armonía y de la defensa de los derechos humanos para todos. Sin embargo, estos grandes resultados y logros traen consigo problemas, nuevos retos y responsabilidades que requieren múltiples e impensables tareas para la educación:
- Tareas teóricas. En una sociedad caracterizada por el narcisismo y el cinismo mercantil hay que educar a la verdad, crear significados, generar esperanza, volver a infundir entusiasmo moral y , a partir de esto, el deber, dar energía espiritual para servir al bien social y a la justicia.
- Tareas históricas. En una sociedad determinada por el pluralismo ideológico, religioso y cultural, resultado de la inmigración incesante, es necesario educar para la justicia y la solidaridad en la convivencia respetuosa y colaboradora. “La única solución viable hoy en día es la intercuturalidad que es la capacidad de respetar la diversidad y la autonomía, y saberla integrar con una plataforma mínima de valores compartidos que la hacen posible.”
- Responsabilidades cívicas. Para una formación completa de la persona en el respecto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales, la educación abarcará formación e información, técnica y valores, de modo que forje primero hombres, luego ciudadanos y por último, profesionales.
A los representantes de las IUS les ha dicho también: “Podemos hacer surgir algo nuevo, si atendemos a nuestros compromisos teóricos, históricos y cívicos. Espero que nuestras universidades sean centros verdaderamente educativos. Necesitamos calidad personal, propuestas y alcance social al servicio de la humanidad. “