(ANS – Roma)– Al finalizar los trabajos recientemente desarrollados en Roma, el Consejo Mundial de los Salesianos Cooperadores, han enviado a los Salesianos Cooperadores del Mundo, el siguiente mensaje.
El nuevo Consejo mundial de Salesianos Cooperadores, reunido por primera vez en Roma en el año de la Misericordia, expresa su agradecimiento a Dios por el don del Espíritu Santo que ha despertado en Don Bosco, padre de la Familia Salesiana. La energía apostólica de su carisma se ha extendido por todo el mundo llamando a hombres y mujeres, religiosos y laicos, a vivir, en comunión su propia vocación en la única misión al servicio de los jóvenes más necesitados. Estamos felices de ser testimonio de la caridad pastoral que en todo el mundo animan los Salesianos Cooperadores y, en estos días, hemos compartido fraternalmente esta alegría.
1. La presencia del Rector Mayor al inicio del trabajo y de la Madre General han confirmado la significatividad de la Asociación en la Familia Salesiana y en la Iglesia. Nos han alentado e invitado a vivir siempre con mayor empeño la vida de fe en la vida cotidiana, en la vida social y en la vida política. Seamos protagonistas, junto a otras fuerzas eclesiales y sociales, de profundos cambios para lograr un mundo de paz y de auténtica fraternidad.
2. Por esta razón nuestro trabajo se ha concentrado en el desarrollo y la aprobación de algunos documentos que consideramos esenciales para el futuro de nuestra Asociación. Siguiendo la intuición original de nuestro Fundador y de la inspiración que subyace de fondo en el nuevo Proyecto de Vida Apostólica hemos reformulado las Directrices para la Formación. Creemos que la Formación es la clave para cambio serio y profundo de las personas y de las estructuras. Es un trabajo que ha exigido tiempo y esfuerzo pero que ha abierto un nuevo horizonte pleno de esperanza. Conjuntamente con las Directrices para la Formación hemos elaborado y aprobado los Criterios de Animación y Gobierno y el Directorio del Consejo Mundial (“ad experimentum”). Una herramienta, que sin duda será útil y que hay que acompañar en estos años, es el nuevo Comentario del Proyecto de Vida Apostólica. Estamos convencidos que el Espíritu Santo nos ha iluminado para que la Asociación pueda recorrer, en los próximos años, un camino de crecimiento cualitativo y cuantitativo.
3. La reunión de los Consejeros mundiales es también una oportunidad para conocerse mejor, intercambiar sus experiencias, compartir las alegrías de un servicio generoso y apoyarse en las dificultades. Cada continente, cada región tiene su propia historia. Mientras caminamos en la misma dirección, los tiempos y las situaciones son diferentes, y nos invitan a continuar con generosidad el camino realizado. Nos une un mismo carisma: el amor a Don Bosco y la voluntad de servir a los jóvenes con entusiasmo y generosidad.
4. Somos conscientes de estar frente a grandes retos. La violencia, las guerras, el desempleo juvenil: la crisis de la familia: los problemas de ética y de justicia social no pueden dejarnos indiferentes. Todo esto requiere una Formación más completa, más diligente, y una Visibilidad eclesial y social más significativa. No somos espectadores, sino protagonistas convencidos en la historia del mundo de hoy. Para actuar eficazmente en el mundo cultural de hoy debemos ser expertos y competentes en la comunicación.
5. Para hacer frente a los retos debemos actuar juntos. Por lo tanto, es absolutamente esencial crecer en el sentido de pertenencia a la Asociación y a la Familia Salesiana. La pertenencia se manifiesta, en concreto, en vivir el mismo espíritu entre nosotros y con los otros grupos de la Familia Salesiana, compartiendo objetivos comunes y participando de la Solidaridad económica.
6. Estos desafíos son problemas, es verdad, pero también son oportunidades de crecimiento para estimular nuestra Asociación. Porque la fe sin obras está muerta, queremos responder a estos retos con un plan operativo Del Consejo mundial para los próximos tres años.
Estimados hermanos Salesianos Cooperadores,
cruzando la Puerta Santa de la Misericordia en la Basílica de San Pedro, hemos rezado por cada uno de vosotros y por la Asociación. Invocamos al Espíritu Santo para que nos acompañe en nuestro camino. Estamos convencidos de su presencia, como de la presencia maternal de María, de Don Bosco, de Madre Mazzarello y de todos los Santos de la Familia Salesiana.
La labor que nos espera no es fácil, pero sí es apasionante. Y la misión, que fueron capaces de efectuar nuestros padres y hoy nos ocupa, está llamada, hoy en día, a ser levadura y sal en el mundo, a crecer y dar sabor a nuestra historia compartida que se prepara para celebrar su 140 aniversario.
El Consejo mundial