La pandemia de coronavirus está poniendo a prueba los sistemas sanitarios del mundo, la capacidad de resiliencia de la población y también la solidaridad. Son momentos en los que los más desfavorecidos no tienen la posibilidad de tener ingresos, ni alimentos, ni una casa en la que recluirse. Sin embargo, muchas personas hacen posible que la esperanza se mantenga vida gracias a la solidaridad.
Uno de los ejemplos de esta unidad en medio del distanciamiento forzoso se produce a diario en Angola. En la capital, Luanda, considerada una de las más caras del mundo en medio de la pobreza más extrema, los Salesianos llevamos décadas buscando, recogiendo y acogiendo a los menores que viven en las calles. Son los meninos de rua y los misioneros salesianos somos su única esperanza. Desde hace menos de un año, además, hemos empezado también este programa con las chicas que están en situación de calle.
Diferentes casas de acogida de los Salesianos albergan a casi 300 menores en la actualidad: casa Magone, Margarita, Anuarite, Kalakala… son centros que muchos jóvenes que han pasado por ellos reconocen como un hogar y su familia. Gracias a ellos tuvieron un lugar donde dormir, agua para asearse, ropa limpia, comida y la posibilidad de ir a la escuela.
Gesto solidario con los Salesianos en Angola: pan gratis para los niños.
Ante la pandemia del Covid-19 que afecta ya a todo el mundo, los misioneros salesianos en Angola también nos hemos preparado para proteger a los menores que están en estos centros de atención. “El Gobierno nos ha pedido que acojamos a otros cien menores de la calle en un centro nuevo y a las chicas las hemos llevado con las Salesianas”, asegura el misionero salesiano Máximo Herrera.
La solidaridad para estos menores, muchos de los cuales sólo van a los centros salesianos a dormir, ha llegado también de la mano de Omar Mohamed, un panadero musulmán. Procedentes de Mauritania, él se ha comprometido al inicio de la cuarentena a regalar pan para los niños de Don Bosco y lo está cumpliendo: “Dios me pagará está obra”, ha dicho a los Salesianos. Y no sólo eso, sino que un gran cartel a la puerta de su humilde tienda invita a la solidaridad por parte de todos y él predica con el ejemplo: “Cuando todos venden el pan a 20 kwanzas, él lo vende a 15”, aseguran los salesianos.
Fuente: Misiones Salesianas