(ANS – Montevideo) – El próximo 4 de marzo será ordenado el nuevo obispo auxiliar de Montevideo, nominado por Benedicto XVI el pasado 10 de diciembre: el salesiano padre Daniel Sturla. El lema elegido – Servir al señor con alegría – manifiesta la impronta salesiana del futuro prelado que, a pocos días de la organización, presento el escudo e hizo algunas reflexiones sobre los desafíos del cristianismo en su país.
El nuevo obispo será ordenado , en la Catedral Metropolitana de Montevideo, y oficiará como Obispo Consagrante el Arzobispo de Montevideo, Mons. Nicolás Cotugno, sdb, y los obispos co-ordenantes, elegidos por el nuevo Obispo serán Mons. Milton Tróccoli, Obispo Auxiliar de Montevideo, y el Obispo de San José de mayo, Mons. Arturo Fajardo.
El escudo episcopal tiene en la parte superior la mitra, que es uno de los símbolos del episcopado, y que representa la cima de la santidad, a la que está llamado de un modo particular el obispo. Dividido en tres partes. La blanca cruz del escudo representa la que fue erigida en Tres Cruces, cuando la primera visita de Juan Pablo II al Uruguay (1987). La cruz está ubicada en uno de los puntos de llegada a la ciudad.
En la parte superior derecha, en fondo rojo, la corona de la “La Virgen de los Treinta y Tres” declarada patrona del Uruguay por Juan XXIII, en 1962, hace 50 años, que recuerda la potencia y la ternura de María y el légame del obispo de uruguayo.
En la parte baja, en fondo amarillo, el hornero, que construye su nido de barro, es típico de nuestra tierra, y aparece como imagen de la familia, de la comunidad que se construye día a día. En el grupo de “Horneros” y, luego, de “Castores”, durante los años de liceo, el nuevo obispo descubrió la vida de fe como vida de servicio, especialmente a los más pobres. A su vez, la sólida casa del hornero, que proporciona abrigo y frescor, evoca el hogar.
El último elemento es el lema: “Servir al Señor con alegría” . este lema fue elegido por el Obispo Daniel para su ordenación sacerdotal, hace casi 25 años.
Respondiendo a las preguntas de la Oficina de Comunicación Social de su Inspectoría, Mons. Sturla insiste sobre la centralidad del Cristianismo en una época indiferente a la Buena Noticia: “Pienso que hoy Cristo es “signo de contradicción” porque hay una carencia de sentido que se cuela en nuestra sociedad y que llega, lo que es aún más triste, al corazón de muchos jóvenes (…) Esta indiferencia ante la fe se extiende a que todo me es indiferente salvo el hacer mis gustos, a veces mis caprichos. Cristo desafía e ilumina el sentido de mi vida”.
“Cuando una persona vive como cristiano – continúa – la vida se llena de sentido, porque descubre que ésta es un regalo que vale la pena aprovechar y que en sí misma tiene una potencialidad de amor y de entrega al otro, (pareja, familia, comunidad, sociedad, los más pobres), capaz de “multiplica los panes” y llenar de alegría el corazón”.
A la pregunta ¿Cómo ser estos signos de Cristo en el Uruguay de hoy? Mons. Sturla responde con una metáfora: “Creo que necesito cargar de combustible los motores de la vida cristiana que son la fe, la esperanza, el amor. Estos motores se alimentan con la oración y la vida sacramental para no fundirse en la primera marcha”.