(ANS – Montevideo) – El domingo 4 de Marzo en la Iglesia Catedral de la Inmaculada Concepción y los Apóstoles Felipe y Santiago de Montevideo, Uruguay, fue ordenado Mons. Daniel Fernando Sturla Berohoet y quien será el nuevo obispo Auxiliar de Montevideo. El obispo Consagrante fue el Arzobispo de Montevideo, Mons. Nicolás Cotugno.
Junto a Mons. Cotugno estaban los obispos co-ordenantes, elegidos por Mons. Sturla Mons. Milton Tróccoli, Obispo Auxiliar de Montevideo, y el Obispo de San José, Mons. Arturo Fajardo; varios obispos venidos de todo el país, los Inspectores de Uruguay padre Néstor Castell, de Paraguay padre Walter Jara, de Argentina Norte padre Manolo Cayo y el Regional de América Cono Sur padre Natale Vitali Forti. Más de 50 sacerdotes, salesianos, autoridades civiles y muchos jóvenes.
Monseñor Cotugno en su homilía retomando la liturgia del día que hablaba de la transfiguración invitó a todos los presentes a dejarse transformar de Cristo y llevar una vida digna de cristianos. Después explicó el significado de la ordenación episcopal como fidelidad a Cristo, servicio a la iglesia y el compromiso como Buen Pastor para con sus fieles. Y dirigiéndose a los jóvenes los invitó a mantener el compromiso siempre vivo y entusiasta para que la iglesia con rostro joven, pueda ser eficaz en el compromiso del anuncio del evangelio.
Los fieles participantes a la misa de ordenación episcopal lo hicieron con mucho entusiasmo y devoción. Por eso después que el nuevo Obispo recibió el anillo, la mitra y el báculo los aplausos se hicieron sentir en señal de gozo y felicidad pero también de sensibilidad espiritual.
Al finalizar la celebración Mons. Sturla hizo referencia al sentido de su misión episcopal, su familia, la Congregación Salesiana, su lema de Servir con Alegría, los jóvenes y María Auxiliadora: “Alegría, ¡Cristo ha resucitado! La vida se llena de sentido a la luz de Cristo. Las tinieblas se disipan y brilla el gozo de la vida cristiana. El anhelo más grande que siento en mi corazón es que Cristo pueda ser más buscado, más conocido, más amado…y a nosotros nos toca anunciarlo.”
Después de hacer memoria de sus padres ya fallecidos Mons. Sturla agradeció a la Comunidad salesiana: “Un sincero gracias desde lo más profundo de mi corazón a Don Bosco, a la Familia Salesiana, donde he vivido 33 años de mi vida compartiendo todo (…) con tantos hermanos y hermanas, con los jóvenes…puedo resumirlo en una expresión: ¡he sido feliz!
“Amo a Cristo y la Iglesia y como Juan Pablo ll le digo a María: soy todo tuyo” expresó Mons. Sturla. Con estas palabras culminó la celebración llena de vida y de entusiasmo juvenil. Los jóvenes le imprimieron vitalidad y festividad al compromiso episcopal.