Los esfuerzos por restaurar la Basílica María Auxiliadora no se han detenido. Un claro ejemplo es la torre de la iglesia que recuperó el brillo y el color que se fueron opacando con el paso de los años.
Todo esto sigue siendo posible gracias a la colaboración de muchas personas que nos ayudaron en la rifa pro- Basílica y también de aquellos fieles devotos que día a día ponen su granito de arena con el propósito de restaurar esta obra arquitectónica.